Nadie reconoce en Ibiza al admirado escritor de ciencia ficción Bruce Sterling (Texas, EEUU, 1954). Un agradable anonimato que espera que no cambie por esta entrevista, que concede con amabilidad y que responde sin prisas y haciendo gala de una mezcla de inteligencia y sentido del humor muy particulares y disfrutables. Vive parte del año en Ibiza, ya que tiene familia en la isla, pero lo hace de una manera muy discreta junto a su pareja, la escritora, cineasta y activista Jasmina Tešanović.
Bruce Sterling, también periodista, editor y crítico, está considerado como uno de los fundadores del movimiento cyberpunk junto con William Gibson, y es autor de algunas de las más veneradas novelas de ciencia ficción, además de visionarios ensayos y hasta una novela de true crime que le dio una notoriedad que, desde luego, no buscaba.
Lee a Marià Villangómez (acude a la entrevista con las obras completas), sigue en redes a personajes de Ibiza como la escritora Cristina Amanda Tur (“me divierte su beligerancia y crítica constante; aprendo muchas cosas con ella”) o a la dj Anna Tur (“una chica local, de Ibiza, y pero a la vez Dj internacional, nacida en una familia siempre vinculada a la radio”).
Le gustan también las irreverentes Pvssydònia. “El vídeo es tan divertido. Me encanta que sean punk pero vestidas al estilo ibicenco del siglo XIX y que realmente se coman a los turistas. Todo el mundo parece querer matar turistas aquí y lo puedo entender perfectamente. El problema es cuando tú eres turista y piensas: ¿por qué tanto resentimiento?. ¡El turismo trae dinero!”, comenta con mucho humor e ironía. Le fascina, además, que este vídeo esté subido a Youtube por “una institución tan seria como el Institut d’Estudis Eivissencs”, dice riéndose.
Tanto a él como a Jasmina Tešanović les interesa mucho la cultura, en general, y la cultura ibicenca en particular. Tanto, que un día, fascinados por los trajes del Museo Etnográfico de Can Ros, se quedaron encerrados y tuvieron que ser rescatados.
Islas en la red (1990), Distracción (2001), The Zenith Angle (2004), los libros de relatos Mirrorshades: una antología cyberpunk (1998) y Cristal express (1992); u obras como Law and Disorder on the Electronic Frontier (1992) y Tomorrow now: Envisioning the Next Fifty Years (2003) se cuentan entre su bibliografía.
Estamos en una isla rodeados de mar, ¿le preocupa el aumento del nivel del mar debido al cambio climático?
¡Compremos una casa en la playa! Bajo ninguna circunstancia. He visto los mapas de Ibiza con la proyección de Talamanca inundada. En Sant Rafel, donde vivimos, no sucederá, por eso escogimos esa zona para comprar la casa.
¿Me habla en serio?
Absolutamente.
Nacido en Texas, criado en India, graduado en Periodismo… ¿Recuerda el momento de su vida en el que comenzó a interesarse por la ciencia ficción?
Comencé a leer libros del género con 12 o 13 años porque eran baratos y los disfrutaba mucho. Como adolescente me convertí en devoto del género y, cuando fui a la universidad, conocí a varios profesionales de la ciencia ficción que tenían clubes, donde aprendí todo sobre escritura y relación con las editoriales. Vendí mi primera novela cuando todavía estaba en la Universidad. Era estudiante de Periodismo pero en el momento de graduarme ya era un escritor de ciencia ficción. Hasta los 30 años no escribí nada de no ficción porque estaba ocupado tratando de convertirme en un profesional de la ciencia ficción, cosa que conseguí.
En los últimos años no ha publicado tanto y sus intereses han evolucionado…
Sí, en los últimos años he pasado más tiempo interesado en analizar la tecnología actual, la cibercultura o las redes sociales. Ser escritor de ciencia ficción, hoy por hoy, es una cosa pasada de moda. El mundo editorial no es el que era. Me gusta hacer cosas raras, por decirlo de alguna manera. Tengo, digamos, una personalidad de ciencia ficción pero ya no soy un escritor de ciencia ficción. Soy un cyberpunk, un hombre de la contracultura que está muy metido en la tecnología.
‘Metaverso’ es un término inventado por su colega Neal Stephenson. ¿Qué le parece el Metaverso de Facebook? ¿Se ha puesto alguna vez unas gafas de realidad virtual Oculus o Meta Quest…?
Es un error. Un gran error. Va a reventar, a petar. Lo que ha querido hacer Zuckerberg es un cambio por los problemas políticos que estaba teniendo con Facebook [acusaciones de espionaje de datos, entre otros], pero nunca se ha disculpado o auto culpado de ese desastre. En lugar de eso ha cambiado su compañía por una empresa de realidad virtual… pero nadie quiere llevar puestos esos dispositivos, esos cascos, sobre sus ojos y orejas… no confían en ellos. ¡Ni siquiera sus propios empleados los usan! Va a tener que dar marcha atrás y disculparse por el desastre en su compañía. Creo que acabará admitiendo el fallo y retirado en Hawái. La humillación va a ser grande.
Todas las grandes compañías internacionales lo han tenido bien durante la pandemia, pero ahora se van a enfrentar a una década muy dura y no sólo las americanas, sino las chinas como Alibaba Group. Ahora las grandes empresas están perdiendo dinero, despidiendo a un montón de gente: solo hay que mirar a Google, Amazon, Apple, Facebook… va a ser un desastre al estilo de las fábricas de coches de Detroit… Microsoft tal vez sí aguantará bien. Estas compañías no se van a recuperar, ya no van a recuperar el brillo que tuvieron.
¿Tiene perfil de Facebook?
No, no me gusta políticamente, no me gusta su marketing de espionaje. Twitter no es muy diferente… es siniestro también, pero de otra forma.
¿Es más siniestro ahora con Elon Musk?
¡Absolutamente más siniestro con Elon! Aunque también es más interesante de algún modo. Estoy en Twitter pero muchos de mis amigos se fueron cuando Elon Musk se hizo con él. Elon es un gran fan de la ciencia ficción pero no nos conocemos y nunca hemos discutido en redes, aunque sí lo ha hecho con algún colega. No me interesa meterme en peleas con él e irritar al hombre más rico del mundo [ríe]. Aunque no es cierto que sea el hombre más rico del mundo, tal vez sí el hombre que ha perdido más dinero jamás en la historia.
¿Cómo imagina Internet dentro de 10, 20 años?
Creo que la gente no estará interesada para nada, será una era post internet. Me sorprendería si apareciera algo completamente nuevo en este campo. Puede que irrumpa algo no tecnológico, algo completamente inesperado como una religión o un nuevo movimiento político. No hay que pensar que las cosas van a cambiar a través de un ordenador. Zuckerberg creía que el futuro sería la realidad virtual pero no lo va a ser. No funciona.
Veo que no tiene mucha fe en el señor Zuckerberg…
No tiene un solo amigo. ¡Facebook va de tener amigos pero él no tiene ni uno! Bueno, tal vez su mujer. Nadie le ha defendido nunca. Nunca ha salido nadie diciendo: ey, es un tipo estupendo, brillante, lo están tratando fatal, hay que confiar en él. Nunca.
¿Ha probado ChatGPT [una inteligencia artificial a la que puedes pedir, por ejemplo, que escriba siete folios sobre las Guerras Púnicas y lo hace perfectamente]? Da miedo porque es casi humano.
Bien, no es así. Estoy tremendamente interesado en ChatGPT y es difícil explicar cómo funciona porque realmente no escriben ni pintan ni piensan. Lo que hacen es generar estadísticamente; fundir todo el data base que tienen y generar. No tienen la experiencia humana, ni ojos ni orejas, sino una probabilidad estadística de palabras y frases que siguen una a la otra. Pueden decir cosas muy interesantes pero también pueden cometer errores muy bizarros. Es como lo de los coches que conducen solos. Funcionan perfectamente si todo transcurre como debe ser. Pero, si ocurre algo inesperado y estadísticamente improbable como que un bebé cruce la carretera gateando… ese bebé será aplastado. Lo mismo sucede con ChatGPT, que puede cometer tremendos errores. Pero, en todo caso, es súper interesante.
He llegado a reseñar libros escritos por Inteligencia Artificial (IA) como crítico de arte. ¿Qué pasa cuando un ordenador puede escribir un libro? Escriben pero no escriben, es texto generado, es otra cosa. Probablemente tendremos mucho contenido de IA para el próximo Festival Share [un festival de arte tecnológico que se celebra en Turín, Italia, y en el que participa habitualmente Sterling] y nuestro trabajo como expertos curadores es ver qué es importante, qué es basura y qué tiene interés de verdad en este sentido.
¿Qué impresión tiene sobre la evolución de la Inteligencia Artificial (IA) en general? ¿Más positiva, menos positiva?
Siempre nos preguntan esto a los escritores de ciencia ficción: si será una distopía o una utopía… bien, pues nada de eso. Será como un gato que se lanza hacia un montón de palomas posadas en el suelo.
¿Cómo dice?
Las palomas están ahí, felices, e irrumpe un gato. El gato las espanta a todas pero, lo que se dice comerse se va a comer, como mucho, a una paloma. Es decir, que no es la muerte para las palomas pero sí un jodido desastre. Va a ser algo caótico, con aspectos positivos y negativos. El gato es un gato y va a tratar de matar a las palomas lo mejor que pueda y no podemos culparle por ello. Si de algo sé es de medios de comunicación desaparecidos. Soy experto en formas extintas de medios. Tengo un proyecto que se llama así: Dead media project, un catálogo de medios extintos y he sido profesor de historia de los medios. Es típico que, cuando llega una irrupción tecnológica de este calado, sea disruptiva. Como el nacimiento de la fotografía, cuando solo existía la pintura, o cuando llegó el vídeo cuando solo había cine en las salas. Va a ser un problema para muchos y una oportunidad para muchos otros.
Uno de los libros que más notoriedad le ha dado, considerado de culto, es The Hacker Crackdown: Law and Disorder on the Electronic Frontier (La Caza de Hackers, Ley y Desorden en la Frontera Electrónica) basado en hechos reales sobre la persecución a la comunidad hacker a principios de los 90 y un referente en cuanto a libertad de expresión, libertad en internet…
Me convertí en una persona famosa después de ese libro. Famosa entre gente poco recomendable. Recibía correos electrónicos de gente que me preguntaba cómo podría reventar un banco. Recibía mails de chavales que me decían: yo sé que usted sabe, Mr Sterling, dígame cómo robar esto y aquello. Pero yo soy un gurú del cyberpunk, no una persona para aconsejarte cómo cometer un crimen. Nunca volví a escribir un true crime. Estoy mucho más interesado en la libertad de expresión. La situación para el periodismo a nivel internacional es muy oscura.
¿Cree que el periodismo sigue teniendo poder? ¿Qué futuro le ve?
Es increíble la cantidad de periodistas tiroteados, encarcelados… no parece que vaya a ir a mejor porque estamos en un momento políticamente muy oscuro. Si realmente el trabajo de los periodistas no tuviera importancia nadie les dispararía o les encarcelaría. En Turquía no estarían cientos de periodistas en la cárcel si su trabajo fuese insignificante. Hay bloggers perseguidos, tuiteros perseguidos… si el trabajo de estas personas no alcanzase a nadie o no generase controversia simplemente les ignorarían, pero no es así.
Estoy en Twitter pero con una cuenta con candado y por ello nunca he sido ajusticiado. La gente que busca pelea en Twitter no tiene manera de verme pero tengo casi 35.000 seguidores… tal vez no es mucho para los estándares de Twitter pero sí bastante para un periodista y mucha gente depende de mí para expandir ideas con las que estoy de acuerdo. No voy a ganar un premio de periodismo por ello, pero tengo una audiencia.
¿Qué relación tiene con sus fans?
Como le sucede a tantas personas, soy famoso por razones por las que no estoy especialmente contento de serlo. Como el escribir un libro de true crime. Lo hice porque tenía amigos que estaban siendo atacados por la policía y me vi en la situación de ser la única persona que podía escribir ese libro, pero el resultado es algo amargo. Y por eso me alegro de vivir en parte en Ibiza, donde soy anónimo. Al principio de vivir en Belgrado nadie sabía quién era yo, más allá de ser acompañante de una activista política [su pareja, Jasmina Tešanović, es serbia]. Cuando descubrieron quién era fue un poco problemático. En Ibiza nadie se preocupa por quién soy. Y eso está bien.
Usted conoce muchos aspectos de Ibiza que un turista ‘normal’ no conoce y por los que ni se interesaría.
Puede ser, pero solo porque soy periodista y me interesa prestar atención a lo que me rodea, pero no tengo ninguna intención de convertir Ibiza en una isla cyberpunk [ríe]. En Turín, donde vivo parte del año, sí tengo ambición de trabajar en la escena artística y tecnológica, en la universidad, ferias de arte…
¿Lee usted a Villangómez en catalán?
Puedo leer en español e italiano pero para el catalán uso Google translator. Tengo las obras completas de poesía de Villangómez y las voy leyendo poco a poco. Los críticos dicen que su trabajo mejora en los años 50 y estoy de acuerdo. Aunque no conozco otra parte de su obra, como el teatro o el ensayo.
¿Qué le gusta de Ibiza?
Creo que es un lugar real. No es una isla de vacaciones artificial, digamos, algo construido o inventado por alguien. Me gusta su historia, que sea tan antigua. Mucha gente viene a Ibiza por su escena musical, porque está de moda, por sus famosos, por su buen tiempo. Puedo apreciar todo esto pero nosotros pasamos aquí la pandemia, cuando no pasaba absolutamente nada. No había nadie intentando venderte nada y en las playas solo había gaviotas. Después de eso, creo que entendimos la isla mucho mejor de lo que la habíamos entendido hasta entonces. Conocimos, digamos, las entrañas de la isla. El hueso. Y nos sentimos más conectados con ella. Se parece algo al sur de Texas de donde son mis abuelos.
Así que pasaron lo peor del Covid en Ibiza…
¡Y yo me contagié de Covid en Ibiza y sobreviví! Pero cuando ocurrió ya estaba vacunado y no fue tal mal. Es una enfermedad verdaderamente grave pero ya la he pasado. La isla me ha dicho: bueno, no te has muerto aquí, así que puedes vivir en Ibiza. Aquí tienes tu permiso [sonríe].
¿Le interesan los museos de la isla?
Nos quedamos encerrados en el Museo Etnográfico de Santa Eulària. Jasmina y yo somos conocidos porque nos pasan esta clase de cosas, no es la primera vez que nos quedamos encerrados en un museo. Llevábamos un montón de rato allí, mirando las antiguas vestimentas y las joyas y se pensaron que ya nos habíamos ido.
Interviene Jasmina Tešanović: Tuvimos que llamar a mi hija para que viniera alguien a rescatarnos.
Acabo de ver Swarm (Enjambre) en Love, Death & Robots de Netflix, basado en su relato. ¿Qué piensa de las adaptaciones de sus novelas, cuentos, etc, al cine o a la televisión?
Me pagan, lo cual está muy bien [ríe]. La historia de Swarm tiene 30 años y la adaptación podría haber sido un desastre y creo que está bastante bien. Me parece una historia muy difícil de adaptar. No tengo queja. Varios fans me han dicho que les ha gustado. De todos modos no soy una persona que vea cine o televisión. Me interesan otras cosas: los nuevos medios, el software art, el arte cinético, las instalaciones…
En Enjambre un personaje dice: La inteligencia no es una ventaja de supervivencia. Me dejó helada por lo brillante que es esa idea.
Posiblemente hoy sea una idea mucho más común o popular que cuando la escribí hace 30 años. Ahora se habla más de extinción, porque posiblemente estamos convirtiendo el mundo en un lugar inhabitable. Me recuerda a los años de la amenaza nuclear. Cuando parecía que el mundo podría terminar en una semana. Posiblemente no somos tan inteligentes como creemos.