Dice Vicent Prats, de Can Sifuné, que aprendió a montar en bicicleta “cogiéndosela sin permiso” a su hermano mayor. Tenía ocho años y los caminos que salían de Sant Antoni, excepto la carretera general, estaban sin asfaltar. Era 1960. “Siempre iba con mi amigo Javier Fernández Ribas: ahí empezamos a aficionarnos por el ciclismo. Cuando cumplimos quince y ya teníamos nuestras bicis de carreras podíamos irnos más lejos, hasta Portinatx, sa Cala…”.
La afición se convertiría en algo más serio poco tiempo después. En 1971, los dos amigos impulsaron la sección ciclista de la Sociedad Deportiva Portmany. Tres años después dieron un paso más y fundaron el Club Ciclista San Antonio. El próximo se cumplirá medio siglo y la entidad sigue formando corredores y organizando carreras mucho tiempo después de que ambos hayan pasado a un segundo plano. “Se acercan fechas bonitas y es bueno recordar cómo hemos llegado hasta aquí. Por eso, el domingo, antes de dar la salida a la Marxa des Porquet vamos a hacerle un homenaje a Javi y Sifuné”, explica Juanjo Planells.
El actual presidente del CC San Antonio explica que sus dos predecesores fueron fundamentales para que las bicicletas fueran concebidas como algo más que un medio de transporte en la localidad portmanyina: “Nos inyectaron la pasión por el ciclismo a los chicos que, cuando se fundó el club, estábamos entrando en la adolescencia. De aquellas primeras generaciones han salido, sobre todo, aficionados a este deporte, y ese vínculo tan especial se ha ido transmitiendo de padres a hijos”.
Vicent Sifuné recuerda que, ocho meses después de su constitución un 8 de octubre de 1974, el CC San Antonio organizó su primera carrera. Era mayo del 75 y un puñado de corredores (“al principio no salían más que quince o veinte ciclistas”) pedaleó por un circuito que discurría dentro del pueblo. Esas mismas calles las recorrerán el domingo los cientos de participantes, de todas las edades, que acudan a la salida de Es Porquet.
Entre ellos, Javier Fernández, que fue presidente del CC San Antonio en dos etapas e impulsó una prueba que, con el tiempo, ha adquirido un corte más popular: “Sigo saliendo un par de veces por semana, si hace buen tiempo, así que voy a ir al homenaje vestido de ciclista. Como Vicent y yo llevamos años alejados de la primera línea, este reconocimiento nos hace el doble de ilusión. Emociona que te recuerden así”.
“En el CC San Antonio no ha faltado nunca un presidente o una junta directiva. Desde los inicios quisimos que el club creara comunidad y trabajara la base. Por eso trajimos a Miquel Mas desde Mallorca para que enseñara a competir a los chicos que empezaban a ponerse el maillot”, explica Vicent, que fue presidente de la agrupación ciclista entre los dos mandatos de su amigo y trabajó durante décadas en la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Sant Antoni.
El reconocimiento del domingo servirá para que sus cabezas –y las de muchos de los presentes– viajen cuarenta años en el tiempo, hasta las fiestas multitudinarias (el CC San Antonio llegó a tener hasta un millar de socios y cincuenta ciclistas con licencia federativa) que finalizaban las temporadas cada otoño.