R. Beltrán/ A pesar de las lluvias caídas la semana pasada, los técnicos de la Salinera de Eivissa estiman que la campaña de extracción iniciada el lunes 2 de septiembre rondará las cifras de 2012. Así, de los bancales situados en ses Salines se obtendrán e alrededor de 42.000 toneladas de sal, que serán almacenadas en el montón donde todavía se conserva parte de la campaña de los dos últimos años.
Debido a la crisis y, sobre todo, a la recesión que ha experimentado el mercado nacional, la Salinera ibicenca llegó a tener acumuladas en stock 65.000 toneladas de sal en el mes de abril, una cantidad que englobaba toda la campaña del año pasado y parte de 2011. Sin embargo, en julio se recortaron los precios de la sal ibicenca entre un 25% y un 30%, algo que ayudó a recuperar las ventas. Además, en ese mes dos barcos atracaron en el muelle de ses Salines para cargar unas 12.000 toneladas de sal o, lo que es lo mismo, el 17% del montante que se tenía almacenado. A pesar de que la sal no se deteriora con el tiempo, por lo que puede permanecer amontonada sin estropearse, sí sufre mermas anuales cifradas entre un 10% y un 15% debido a la disolución provocada por las lluvias.
A la espera de un barco con destino a Toftir, en las Islas Feroe
Mientras se desarrolla la campaña de extracción, que se extenderá hasta mediados de noviembre, algunos barcos atracarán en el muelle de ses Salines para llenar sus bodegas de sal ibicenca, un condimento de altísima calidad y muy codiciado por la industria mundial de la salazón.
De hecho, el miércoles se espera la llegada de un buque procedente de Cartagena que tras la compra de 3.500 toneladas de sal de Ibiza podrá rumbo a Toftir, un pueblo pesquero de las Islas Feroe donde se empleará para la conservación de pescado, sobre todo de bacalao.