Las molestias y problemas medioambientales causados por la masificación de determinados destinos turísticos, entre ellos Ibiza y Formentera, están provocando desde hace años reacciones de rechazo por parte de la población local de estos lugares.
Una parte de esas sociedades han pasado de recibir a los turistas de manera positiva, como fuente evidente de ingresos o de intercambio cultural, a desarrollar una evidente hostilidad hacia ellos.
En Ibiza comienzan a registrarse protestas contra la llegada de cruceros o los jets privados, pero no son manifestaciones multitudinarias y tampoco es habitual ver pintadas contra los turistas, que sí son más comunes en otros puntos turísticos.
Pero, más allá de las protestas organizadas por ecologistas, en Ibiza asistimos desde hace décadas a una corriente creativa, algo underground y de Serie B, que canaliza esa corriente mediante cortometrajes, largometrajes, videoclips u otras formas de expresión artística.
En ellos se mata a los turistas de manera encarnizada y, en algunos casos, los nativos locales hasta se los comen convertidos en sobrasada.
La violencia, hay que subrayarlo, es abordada con mucho humor. Una especie de subgénero que podríamos llamar Gore-Guiri, donde hay más risas que terror.
Se puede afirmar, sin lugar a dudas, que el precursor de la corriente es el cineasta y pintor ibicenco Adrián Cardona. Suyo es el cortometraje, con proyección de trilogía, Morid hijos de puta, de 2006, en el que una familia pagesa suelta a su hijo trastornado, que tienen encerrado en un corral, para que mate turistas a golpe de motosierra. Una versión pagesa de la La Matanza de Texas que promete tener continuidad. Está protagonizado por Juan Cardona, Vicente Pizarro, María Pilar Ochando, José María Angorrilla y David Ortiz, entre otros.
El corto, de Eskoria Films, narra cómo unos chicos y chicas, con la cabeza bastante hueca, drogados y alborotadores, son ajusticiados por el mencionado psicópata rabioso.
En otro de sus trabajos, Brutal relax, Cardona, junto a los otros codirectores David Muñoz y Rafa Dengrá, muestra al protagonista y a unas criaturas marino-alienígenas mientras desguazan todo lo que se le pone por delante, incluidos los turistas de la playa de Ibiza que tienen la ‘suerte’ de encontrárselos.
Además, Cardona ha estado implicado en otros cortos y largos rodados en la isla, encargándose de los efectos especiales más sangrientos.
Otro trabajo más reciente tiene como figura central la de un justiciero pagès al que se conoce como Es Ninja de Cubells. Es menos gore y explícito que los trabajos de Cardona pero tampoco se queda atrás con la sangre. En este caso, este misterioso personaje se dedica a cortar orejas de turistas que no se ponen la mascarilla (se rodó en pandemia).
El corto, que es ya una pieza ‘de culto’ en Ibiza, es de Manolo Matoses y Vicent Ribas Marí.
Vicent Ribas Marí es el protagonista del corto, que cuenta con Xavier Ribas Tur (Xinxó), Joan Albert Cardona Ribas, Lourdes Ferrer Marí, Carolina Marí Fos, Vicent Marí Serra (Palermet), Francisca Salvadó Albert, Mariana Viada Sauleda, Esperança Llorens Juan, Joan Ribas Marí y Antoni Manonelles.
Curiosamente muchas personas en Youtube lo acusaron de incitación al odio por el tema de las mascarillas. El humor pagès no siempre se entiende más allá de las fronteras de la isla.
Siguiendo con los ejemplos de ajusticiamiento de turistas, Héctor Escandell y Vicent Torres firman otro trabajo, Los crímenes del día de Todos los Santos (2016), en el que una pareja se dedica a secuestrar, torturar y matar turistas en los años 70 en Ibiza. Les mueve, en parte, el interés gastronómico.
«Noviembre de 1970. Varios restos humanos aparecen en un torrente de Sant Miquel de Balansat, un pequeño pueblo rural en el norte de Ibiza. El sargento Prats, jefe de la Guardia Civil española en el área, y el cabo Ramírez, su nuevo asistente, llegan al lugar donde han aparecido los cuerpos. Prats no se sorprende particularmente con el descubrimiento y revela al recién llegado Ramírez que el descubrimiento de fragmentos humanos se repite año tras año desde hace dos décadas», reza la sinopsis de este trabajo.
Tiene como protagonistas a Alexander Mart, Raquel Falomir, Vicente Torres, Juanjo Roig, Miquel Riera, Dolors Corderas, Ana Vide, Francisca Salvadó y Joan Prats, entre otros.
Mucho más reciente es el videoclip del grupo punk Pussydònia, estrenado en 2022, con un título que no deja lugar a dudas: Sa matança de ses Feixes.
Este videoclip se alzó con el premio del mejor clip de un grupo de Baleares 2022, en un concurso que organiza Mallorca Music Magazine.
Además, el grupo participó con este tema en el último Concurs Cançó de Sant Joan, organizado por el Institut d’Estudis Eivissencs, mientras que el videoclip lo hicieron con la ayuda de amigas, amigos y simpatizantes de la causa punk.
El vídeo está dirigido por Salva Sansano con Toni Planells como ayudante de dirección. Cuenta con Marta Mallach y Marta Sobejano en la producción y. como no podía ser de otro modo, con Adrián Cardona en el diseño de producción. En él los turistas aparecen muertos en Ses Feixes y acaban siendo preparados como sobrasadas por los protagonistas ‘nativos’, que los sirven en un puesto en Sant Josep.
El grupo está formado por Balma Albalat (voz), Marta Yanini (guitarra), Inés Roig (bajo) y Marta Mallach (batería).
Hasta el reconocido escritor de ciencia ficcion Bruce Sterling, que reside temporadas en Ibiza, manifestó haberlo visto y sorprenderse de esta manera tan peculiar de recibir a los turistas. “El vídeo es tan divertido. Me encanta que sean punk pero vestidas al estilo ibicenco del siglo XIX y que realmente se coman a los turistas. Todo el mundo parece querer matar turistas aquí y lo puedo entender perfectamente. El problema es cuando tú eres turista y piensas: ¿por qué tanto resentimiento?. ¡El turismo trae dinero!”, comentaba en evidente tono irónico en una entrevista con Noudiari.
Y, aunque no se trate de un trabajo cinematográfico o musical como los anteriores, no se puede dejar de mencionar al colectivo CAIN, especialmente activo entre los años 2016-2018, que creó varios diseños y carteles que tenían en su punto de mira a las discotecas de Ibiza y al turismo de lujo. Una forma de denuncia basada en el humor que tuvo muchos seguidores y que incluso se formalizó en una exposición de carteles en Can Jordi.