El último superviviente del equipo de la SD Ibiza que puso el fútbol insular en la órbita nacional, José Edo Sánchez, murió ayer por la tarde en compañía de familiares y allegados. Tenía 87 años y fue pieza clave del conjunto de Sa Deportiva que la temporada 1959-60 logró el ascenso a categoría nacional (Tercera) y del que, entre otros, también formaron parte Armando Castro, recientemente fallecido también, o Palmer, Terrasa, Redondo, Florit, Muntaner…
Edo, nacido en Castellón, llegó a la isla para reforzar la escuadra del principal club deportivo de Ibiza en aquella época. Vino procedente del Villarreal, una de las entidades en las que se había formado como futbolista y en la que destacó por su calidad como goleador. Empezó jugando como delantero centro. Era el típico ariete corpulento, luchador y que remataba a puerta todos los balones que llegaban al área. Más tarde retrasó su posición a la demarcación de central, donde también ofreció un gran rendimiento antes de retirarse de la práctica activa del deporte.
Edo se estableció y se casó en la isla, donde se quedó a vivir y formó una familia. Su familia, el fútbol y la SD Ibiza, aun después de colgar las botas, fueron siempre sus grandes pasiones y su amor por el club le acompañó hasta el último aliento. Ha tenido una vida larga y plena y sus hijos, nueras y nietas han podido disfrutar de él y de sus historias y vivencias durante muchos años. Toda una suerte.
Será recordado por su categoría como jugador y por haber formado parte de la primera plantilla de Sa Deportiva que irrumpió en el fútbol de ámbito nacional, pero también por su enorme calidad humana, por su carácter amable y su predisposición a ayudar a quien lo necesitara en cualquier situación siempre que estuviera al alcance de su mano.
Tras su etapa como futbolista trabajó en Bodegas El Puerto, fue taxista y más tarde abrió tiendas de souvenirs en el puerto. También tuvo sensibilidad por el arte, pintaba y llegó a exponer su obra, compuesta principalmente por lienzos en los que plasmaba casas típicas de la isla, portales y vistas de la ciudad amurallada, Dalt Vila.
Su adiós ha supuesto una cascada de reacciones entre quienes le conocieron. Joan Riera, del restaurante Ca n’Alfredo, destaca de Edo «su gran calidad como futbolista», pero, sobre todo, «su talla como persona de bien. Todo el mundo le quería». Tolo Darder, por otro lado, resalta que fue de los primeros futbolistas foráneos que tuvo la SD Ibiza y «un ejemplo tanto dentro como fuera del campo».
Recientemente, el propio Darder y el directivo Toni Moreras le entregaron una placa conmemorativa por parte del heredero de sa Deportiva, el CD Ibiza, para resaltar «su aportación al fútbol y a la sociedad insular», un merecido homenaje a uno de los jugadores más queridos y emblemáticos de aquella histórica entidad futbolística.
Moreras señala que Edo era una de esas personas que desprenden «bondad, algo que se notaba nada más mirarle a los ojos», dice. Aparte de un gran jugador, subraya que fue una persona «de diez» que «siempre permanecerá en el recuerdo del club y de la gente de la isla que tuvo la suerte de coincidir con él y de conocerlo».
El velatorio tendrá lugar este sábado, a partir de las once y media de la mañana, en Pompas Fúnebres Ibiza, mientras que el funeral se llevará a cabo en la iglesia de Santa Cruz a las tres de la tarde.