EFE.- La Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB), la que pertenece el Club Náutico de Ibiza, ha pedido este viernes a las autoridades estatales y autonómicas que desarrollen medidas urgentes contra la gentrificación de los puertos en el archipiélago.
La entidad ha lamentado este viernes en una nota la decisión del consejo de administración de Ports IB de iniciar el procedimiento de reversión y adjudicación de las instalaciones del Club de Vela del Puerto de Andratx (CVPA) en favor del Grupo Iniciatives Portuàries Miral de Mallorca (IPM).
Por ello, la asociación ha hecho un llamamiento a las autoridades estatales y autonómicas para que impulsen un marco legal que garantice la supervivencia de los clubes náuticos y el fomento del deporte. «La clase política no puede seguir dando la espalda al proceso de gentrificación de los puertos deportivos de Baleares», advierten desde la ACNB.
La organización ha denunciado que la presión de grandes empresas amenaza con provocar la desaparición de los clubes náuticos y el cierre del acceso al mar de los residentes locales.
En concreto, la ACNB se ha referido a la situación de precariedad del Club de Vela Port d’Andratx, del Club Marítimo de Mahón, el Club Náutico de Ibiza y el Real Club Náutico de Palma, y a la pérdida del Club Marítimo Molinar de Levante.
«De lo contrario, los puertos públicos de Baleares se convertirán en el negocio privado de unos pocos y las islas se verán privadas de un valioso patrimonio marítimo», han alertado desde la asociación de clubes náuticos.
Por otro lado, la ACNB ha cuestionado «el nulo celo de las administraciones» para evitar que se produzcan en los puertos públicos de Baleares «claras situaciones de dominio de mercado».
La ACNB también ha advertido de las «nefastas» consecuencias que la pérdida del club de Andratx y otros clubes supondría para el deporte náutico de Baleares.
La organización ha recordado que el Grupo IPM explota el Marina Port de Mallorca, Marina Cuarentena, Marina Ibiza y Marina Port Mahón, dos varaderos y que pugna por el control de otros 120.000 metros cuadrados en el Moll Vell de Palma.