El horario de verano, que se impondrá un año más el próximo domingo con el adelanto de una hora, tiene un efecto insignificante en el consumo eléctrico en Baleares, según un análisis realizado por investigadores de la UIB y de Universidad de Stanford.
Según ha informado la Universidad de las Islas Baleares (UIB), el estudio de los investigadores de su departamento de Economía Aplicada Jaume Rosselló y Andreu Sansó, junto con Christoph Graf, de la universidad norteamericana, concluye que el ahorro eléctrico de la medida en las islas se sitúa, en el mejor de los casos, entre el 1 % y el 4 %.
En un artículo publicado en la revista «Tourism Management Perspectives», los científicos aplican distintos modelos al análisis de los datos de demanda eléctrica entre 2007 y 2017 tanto en el conjunto del archipiélago como en los subsistemas Mallorca-Menorca e Ibiza-Formentera.
Además, por primera vez en un estudio de estas características, se tiene en consideración el efecto sobre el consumo eléctrico de la población flotante.
La conclusión, subraya la UIB, es que «el supuesto ahorro energético sería prácticamente inexistente incluso en los días y semanas posterior al cambio de hora, tanto en el mes de marzo como en octubre».
El artículo recuerda que el horario de verano se aplicó por primera vez en Alemania durante la Primera Guerra Mundial para reducir la demanda eléctrica y poder destinar más carbón a la industria armamentística.
La medida se mantuvo tras la contienda en muchos países industrializados y se extendió a buena parte del mundo por la crisis energética de los años 70, consolidando la creencia de que la demanda industrial de electricidad y también el consumo doméstico se reducían con estos cambios de horario.
No obstante, recuerdan los investigadores, estos argumentos han sido cuestionados y no hay estudios contundentes que los ratifiquen. «Incluso, en algunos casos se ha encontrado que el efecto del cambio de hora era contraproducente», resaltan.
EFE