EFE / El grupo ecologista GEN-GOB insta a limitar la llegada de cruceros al puerto de Ibiza a cuatro escalas a la semana y plantea que se establezca una reducción paulatina que llegue hasta la prohibición total de atraque de este tipo de buques.
En un comunicado remitido este jueves los ecologistas recalcan que se debe trabajar en la “reducción paulatina” de la llegada de cruceros hasta “la total desaparición” por los efectos negativos sobre el medio ambiente, la sociedad y el patrimonio histórico.
Entre otras consecuencias, destacan que, teniendo en cuenta las previsiones de este verano, se registrarán 200 escalas de cruceros en el puerto ibicenco, lo que equivale a las emisiones de CO2 de 2,4 millones de coches.
Para los ecologistas, estas cifras suponen “anular por completo todos los esfuerzos” que se puedan hacer para reducir las emisiones contaminantes del tráfico rodado.
Además, y en relación al consumo de energía eléctrica, el estudio de GEN-GOB establece que el consumo nocturno de cada embarcación es doce veces superior al de un hotel convencional.
A estas consecuencias, los ecologistas suman las “ingentes” cantidades de óxido de sulfuro, óxidos de nitrógeno y metales pesados que “erosionan fachadas y monumentos”.
En este punto, hacen referencia a las murallas y todo su interior, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, “expuestas a estas emisiones corrosivas que, a medio plazo, tendrán efectos negativos”, añaden.
Otro de los espacios afectados por el impacto de los cruceros, aseguran, es el humedal de ses Feixes de Talamanca, un “tesoro ambiental”, que se encuentra en “proceso de rehabilitación”.
El estudio de GEN-GOB también considera los residuos. Apunta que si en un crucero hay una media de 2.700 pasajeros se genera una tonelada diaria de basura, siendo la gestión de la misma “un misterio”.
En cuanto a los impactos sociales, alertan de la “masificación” que representa la llegada “repentina” de miles de personas, que se añade “a la que ya, de por sí, hay todos los veranos en la ciudad y otras zonas de la isla”.
Por último, los ecologistas advierten de que el impuesto sobre estas embarcaciones en Cataluña y la limitación del número de llegadas decretada en Palma pueden “disparar” en los próximos años el número de escalas en Ibiza.