Su primer libro, Llagas de sal (Ed. Ibiza Editions) se convirtió hace nueve años en un éxito inesperado que lideró las listas de los más vendidos en Ibiza por Sant Jordi y llegó a las cuatro ediciones. Ahora, Javier Serapio (Ibiza, 1970) lanza Hechizos de mar (Melqart, Ibiza Editions), un libro construido sobre tres relatos: Peix sec, La noche del faro y La reserva que seguro llegarán de nuevo al corazón de los lectores de la isla. Encontramos en Hechizos de mar los temas que copan la actualidad de Ibiza de los últimos años pero con el filtro de la viva imaginación de Serapio, su gusto por las metáforas, los símbolos y el humor.
Hechizos de mar se presenta este viernes 14 de abril a las 20 horas en el Teatro Ibiza con el autor acompañado por David Trías, amigo de la infancia y actual director literario de Plaza & Janés y Aguilar. Junto a ellos estará el editor, Ramón Mayol, y sonará la música de Toni Riera, a la flauta, y Laura Marí, a la guitarra, ambos de la Escola Cas Musicaires. Un día para hablar de literatura pero, sobre todo, del amor a la isla.
Llagas de sal, su primer libro, es uno de los más vendidos de la editorial Ibiza Editions. Fue un éxito de Sant Jordi y es un libro muy querido por los lectores. ¿Cómo vivió esa primera experiencia como escritor?
Tanto el día de la presentación del libro, el 6 de abril de 2014, como el Sant Jordi de ese año fueron dos de los días más felices de mi vida. Fue todo completamente inesperado. En pocos días se vendió la primera tirada y hubo que hacer varias reimpresiones. Fue un sueño. Al principio uno piensa que lo comprará su familia, sus amigos y poco más, pero fue pasando el tiempo y vi que lo compraba gente que no me conoce de nada, que te dice que lo tienen de libro de cabecera, que lo compran una y otra vez para regalarlo… Muy emocionante.
Con Hechizos de mar inaugura el sello Melqart (nombre fenicio del dios Baal) de la editorial Ibiza Editions. ¿Cree que le traerá tantas satisfacciones?
Quiero disfrutar de este momento. He tardado mucho en publicar este libro porque han pasado muchas cosas en estos años, entre ellas la pérdida de mis padres. Llega ahora porque es el momento adecuado.
Tanto Llagas de sal como Hechizos de mar son libros de ficción pero contienen una profunda reflexión sobre la deriva de Ibiza…
Lo más importante para mí es eso. Mover conciencias, hacer pensar, hacer sentir… No podemos callar, no podemos permitirlo. Nos hemos acostumbrado a unos niveles de destrozo, inseguridad y escándalos en Ibiza que ya nos parecen ‘lo habitual’ y no lo son. No se puede silenciar la tragedia de lo que está sucediendo a nivel social y cultural; de la brecha económica que se está creando en Ibiza.
Pero, frente a esa realidad, el libro habla de amor, de rincones recónditos e incluso de humor…
Frente a esa realidad pesimista planteo unas estrategias para sobrevivir, anestesiarnos, disfrutar del trocito que nos queda, del amor, del humor… No hay que olvidar que hay una parte de la población que está encantada de seguir así porque se lucra con esto. Pero la gente que conozco me dice: me marcho, no me puedo jubilar en la isla. Y me duele. Me desgarra ver la degradación de los espacios emocionales, de las cosas valiosas de Ibiza. El relato La reserva es una exageración para llamar la atención y reflexionar, pero lo que digo ahí está pasando. Estamos perdiendo nuestros espacios, no tenemos sitio, ya no pintamos nada o molestamos y, a quienes decimos algo, nos llaman alarmistas.
La distopía que crea en el tercer relato, La reserva, con esa Ibiza vendida ya por completo al dinero y rebautizada como Niubiza en un cercano año 2029, con los ‘nativos’ aislados, es tremenda. ¿Es usted tan pesimista con el futuro de Ibiza?
La reserva aborda un tema que es real hoy en día: el arrinconamiento cultural y el arrinconamiento de nuestras necesidades. Eso de ‘ya no voy a tal playa, ya no voy a tal sitio’, ‘ya no hay dónde comer por un precio razonable’… eso lo escuchas en conversaciones de familia y amigos: es una realidad. El hecho de que muchas personas se hayan marchado de Ibiza porque ya no lo soportaban más es muy significativo. ¿Pensar que eso va a cambiar? No lo creo. Yo soy pesimista, buñueliano y kafkiano. No se ha hecho absolutamente nada y solo hay silencio sobre muchas cosas. Lo único que interesa es el dinero.
¿Los precios y el trato que dan algunos locales nos excluyen?
Lo que es caro para nosotros no lo es para mucha gente que viene de fuera. ¿Cómo paras eso mientras haya gente que lo pueda pagar? No hay ni voluntad ni leyes para parar eso. Cada vez nos cuesta más encontrar un bar donde nos encontremos los de aquí, donde los precios sean más o menos moderados. Una frase que repiten los ibicencos es és que no sé on anar… Cada vez es más difícil encontrar nuestro espacio.
Su libro valora la Ibiza esencial.
Eso es. Hechizos de mar tiene ese punto de enraizamiento, de búsqueda de la esencia, de refugio en lo ancestral y lo atávico, de acciones que transcurren en el bosque, en las cuevas, de una gastronomía que se fija en el peix sec que hacían los abuelos. Un refugio, un repliegue para disfrutar de esa parte melancólica y nostálgica. Y un romanticismo, el del segundo relato, La noche del faro, que podría ser el romanticismo inglés o alemán del XVIII, con ese paralelismo entre la naturaleza y los estados de ánimo. Todo eso que está siendo enterrado por la pasta.
Sería genial ahondar más en el argumento de Peix sec, La noche del faro o La reserva pero, si lo hacemos, caemos en el riesgo de destripar en exceso el libro. Lo que sí se puede decir es que, en todos ellos, vemos la Ibiza esencial, la naturaleza, la crítica al desarrollo desmedido y, sobre todo, la presencia del mar. ¿El mar es esencial en su literatura?
En mi literatura y en mi vida, en todo. El mar y la Psicología, que es mi profesión, son mis grandes pasiones, además de la gastronomía, que también está presente en el este libro. El mar en Llagas de sal trataba de defenderse desde el lamento y desde la ira. Aquí tenemos un mar diferencial, que intenta hacer cosas hermosas para cuidarnos y anestesiarnos de todo ese drama.
El mar que nos cura. Muchas personas me aseguran que cuando tienen una crisis con Ibiza les basta volver al mar para reconciliarse con la isla.
Exacto. El mar representa muchas cosas, la placenta, ese útero materno, un mar precioso… pero cuando lo ves en verano, con 150 barcos fondeados en Talamanca sobre posidonia, o el canal de es Freus convertido en una autopista… Estos días de Semana Santa me he quedado espantado de la cantidad de barcos de línea entre Ibiza y Formentera que había y que iban vacíos en muchos horarios. Era increíble. No se hacen las cosas a la medida de la isla. La degradación y la falta de límites generalizada es lo que hace más complicada la convivencia.
Usted es psicólogo clínico y profesor de posgrado de psicodiagnóstico y psicoterapia y lo cierto es que la psicología y la salud mental están muy presentes en este libro. ¿Busca la visibilización de la salud mental o es más bien una herramienta para contar algo?
Creo que es un poco de todo. Por una parte, la visibilización es importante porque la figura del psicólogo es necesaria y está cada vez más implantada dentro de la sociedad. En mi caso, por mi experiencia profesional, me facilita poder dar más realismo, profundidad y expresar más cosas a los personajes. Lo que más he trabajado ha sido el mundo de los sueños y me permite trabajar la visión inconsciente y ese mundo onírico que a mí me apasiona. Una parte simbólica que está muy presente en el segundo relato La noche del faro.
Toniet, el protagonista de su primer relato, es un chico perfecto que ve truncada su vida por un accidente de tráfico. ¿Este personaje está inspirado en alguien real?
Durante años trabajé con ‘tráficos’ en un hospital, es decir, con personas que habían sufrido accidentes. Vi casos dramáticos de personas que, o bien morían, o sus vidas quedaban a trozos y no habían hecho nada más que conducir o salir pasear. Esas emociones que viví me han ayudado a crear este símbolo de Ibiza que es Toniet. Una isla machacada y atropellada. Pero, a la vez, me ha gustado introducir en ese relato una parte de camaradería, con una referencia a los amigos del colegio Juan XXIII que ayudan al personaje… Todos estos detalles, junto a referencias a locales que ya no existen o a rincones ‘secretos’ de la isla, creo que ayudan al lector a meterse en la historia. Pero hay también cabida para lo sobrenatural, para el hechizo. Es una manera de que el lector respire también, de que no sea todo tan crudo.
Lo cierto es que los protagonistas de Peix sec tienen algo de Robin Hood, de bandoleros buenos porque transgreden la ley pero con una buena causa…
Todos transgreden la ley de alguna manera, es completamente intencionado. Todos los personajes, tanto los buenos como los malos, transgreden. Ese juego entre lo ético y lo legal. Algo no va bien cuando para hacer lo que es ético tienes que saltarte la ley mientras que una ley, a lo mejor, te está dando permiso para cargarte toda una montaña.
Si la imagen de cubierta de Llagas de sal era de Elena Abeni, esta vez, para Hechizos de mar, ha escogido una cerámica del carismático artista ya desaparecido Antoni Tur Gabrielet. ¿Por qué la ha elegido?
Es una cerámica que está en casa de una amiga, nieta de Gabrielet, y que he visto desde siempre. Justo tenía escrito el segundo relato y un día voy a su casa, me fijo de nuevo en ella y me digo: ¡pero si es como el personaje de ese relato!. Una de mis guías de Psicología siempre me hablaba de la memoria del futuro. Me sentía atraído por este cuadro cuando todavía no había escrito el cuento. Incluso aparece la grieta de la cerámica original, que está rota y que parte en dos la imagen. Es perfecta porque el libro quiere expresar exactamente eso: que nos estamos cargando la magia, que se está rompiendo Ibiza.
L’enhorabona pes llibre! Moltes ganes de llegir-lo!
I la veritat és que compartesc aquesta sa sensació de tristesa i pessimisme respecte des present i futur d’aquesta illa. Dec ser alarmista jo també!