Tras el descenso de la UD Ibiza el pasado viernes, este domingo ha sido la CD Ibiza quien ha bajado de categoría, de la cuarta a la quinta división del fútbol nacional. El deporte del balón se viste de luto en Vila en una temporada para olvidar, en la que ninguno de los dos clubes más importantes de este deporte en el municipio ha hecho los deberes.
Los primeros querían consolidar su proyecto en el fútbol profesional tras el ascenso logrado hace dos campañas; los segundos se habían propuesto seguir sus pasos y construyeron un conjunto para subir. Sí, para subir, por mucho que a día de hoy suene decabellado, ese era este curso el objetivo del club presidido por Antonio Palma.
Ambas entidades han cometido los mismos errores de base. Ni unos ni otros han sabido fichar a los futbolistas adecuados. Los responsables de este cometido han errado de forma estrepitosa en la confección de las plantillas y el resultado ha sido idéntico para los dos, el descenso.
La rivalidad entre ambos trascendió de los terrenos de juego cuando el consistorio cedió el uso de las principales instalaciones deportivas del municipio a la UD Ibiza tras su ascenso a Segunda División A, relegando al CD Ibiza a un papel secundario en cuanto a la posibilidad de tener un terreno de juego que sintiera como propio.
La UD Ibiza nunca fue condescendiente con su rival y vecino y la guerra emprendida por unos contra otros y viceversa parece, a día de hoy, que los alejó de lo realmente importante. Todo esto sucedió mientras quienes de verdad debían velar por la salud y la concordia del deporte municipal trataban de apagar el fuego con bidones de gasolina.
En esta batalla, al final, no ha ganado nadie. Y además del fútbol ha habido otras víctimas colaterales, como el atletismo y el rugby, otros de los afectados por las decisiones tomadas de prisa y corriendo desde el Ayuntamiento de Ibiza, que no estuvo a la altura de las circunstancias ni supo mediar ni poner paz entre ambos.
Tanto la UD como el CD Ibiza afrontan ahora un periodo complicado. Lejos de sus objetivos pero con la idea de volver a regresar a las categorías de las que han bajado esta misma y funesta jornada de Liga. El presidente de la UD Ibiza, Amadeo Salvo, ha dicho por activa y por pasiva que su bajaban, la idea era la de volver al fútbol profesional lo antes posible.
El del CD, Antonio Palma, por el momento, no se ha pronunciado, aunque todo parece indicar que la entidad cambiará de gestores en las próximas semanas ante el interés de un grupo inversor que quiere apostar por el fútbol en la capital de la isla.
Pase lo que pase, lo cierto es que las relaciones entre ambos deben mejorar para que ninguno de los dos pierda de vista lo que realmente importa, que es papel que se espera de ellos en los terrenos de juego y no en las luchas intestinas en las que han estado inmersos en los últimos tiempos y que, como se ha visto, no les ha llevado a nada bueno.