El primer fin de semana de mayo llega acompañado de dos eventos astronómicos: un eclipse penumbral de Luna en tarde-noche del viernes que será visible en Asia, Oceanía, África y Europa y una lluvia de estrellas, la eta acuáridas, cuyos meteoros provienen del mítico cometa Halley.
Este tipo de eclipses se producen cuando la luna pasa por la penumbra (la parte más débil) de la sombra de la Tierra. Durante el evento, la Luna no se ve completamente cubierta por la sombra terrestre, sino que se ve solo un poco oscurecida.
El eclipse será visible en toda España, menos en el noroeste de la Península y en las Islas Canarias, aunque será difícil de observar dado que el final del evento tendrá lugar justo cuando la Luna empiece a salir por el horizonte.
Según los datos del Observatorio Astronómico Nacional (OAN), el eclipse comenzará a las 15 horas y 15 minutos de Tiempo Universal (TU) (las 17:00 hora española), y será visible durante unas cuantas horas en Asia y Oceanía.
El eclipse terminará a las 19 horas y 30 minutos de Tiempo Universal, las 21:30 hora española, después de haber sido visible en las últimas fases en Asia, Oceanía, África y Europa.
Para los que el evento lunar resulte poco espectacular, hay una segunda oportunidad: las eta acuáridas, una lluvia de estrellas que cada año es visible entre el 19 de abril y el 28 de mayo y que, este año, tendrá su máximo entre el 6 y el 7 de mayo.
La presencia de la luna llena, el viernes 5 de mayo, dificultará la observación de este espectáculo que cada año nos brindan los fragmentos del Halley, un cometa que orbita alrededor del Sol cada 76 años y que fue visto desde la Tierra por última vez en 1986. La próxima será en 2061.
Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa Halley.
Cuando uno de esos fragmentos entra en contacto con la atmósfera terrestre, se calcina por la fricción con el aire y crea el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz.
Los meteoros de las eta acuáridas tienen una tasa de actividad de entre 40 y 85 meteoros por hora y una velocidad bastante alta, unos 66 kilómetros por segundo, según el OAN.
Todos parecen surgir de un único punto en el cielo, un punto que se llama «radiante» y que sirve para dar reconocer a las lluvias de estrellas.
Las eta acuáridas tienen su radiante en la estrella eta de la constelación de Acuario, de ahí su nombre.
El cometa Halley también es el origen de otra lluvia de meteoros, las oriónidas, que tienen su máximo en torno al 21 de octubre.
Para disfrutar del espectáculo, no hace falta telescopios ni prismáticos, tan solo hay que mirar hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza cuando esta esté presente.
«Lo más cómodo es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad», aconseja el OAN.
EFE