El Consell Insular de Ibiza, a propuesta del Consejo Asesor de Patrimonio Cultural Inmaterial, ha pedido a la conselleria de Medio Ambiente del Govern de les Illes Balears, a instancia de la Federació de Colles de Ball Pagès de les Pitiüses y de diferentes grupos de artesanos y de oficios tradicionales desclasificar como especies alóctonas invasoras la pitrera y la figa de pic.
El objetivo de esta petición es permitir el cultivo controlado de la pitrera y la figa de pic en alguna finca delimitada, para continuar con el fomento y la promoción de sus usos tradicionales, teniendo en cuenta que en la reciente publicación del Repertorio de Oficios Artesanos de las Islas Baleares en el BOIB figura el oficio de espardenyer para el que se precisa fibra de pitrera.
En la misma petición, firmada el pasado 20 de abril por la consellera de Cultura, Educación y Patrimonio de la institución insular, Sara Ramón, recuerda que se trata de dos casos de plantas alóctonas, pero con varios siglos de arraigo y de convivencia en las Pitiüses.
Tanto es así que ambas se hacen indispensables en el paisaje isleño pero sobre todo, son imprescindibles por algunos usos, costumbres, oficios y tradiciones locales. De hecho, en las casas payesas acostumbraban a dejar crecer una figuera de pic detrás o delante del cercado, y además de la consumir los higos, las hojas se empleaban, por ejemplo para hacer juguetes tradicionales.
Actualmente ambas plantas sufren sendas epidemias que las abocan a su completa desaparición, ahora mismo el paisaje isleño está lleno de higueras afectadas por cochinilla y pitreras con las hojas negras, muertas. Esto sucede, entre otras causas, ante la no intervención de las autoridades en la materia. «Por no ser plantas autóctonas, no pueden intervenir», remarcan.
Sin las pitreras, el calzado más tradicional y original de las Pitiüses está abocado a desaparecer. Y, además de desaparecer las alpargatas, la consellera insular de Cultura, Educación y Patrimonio advierte en su escrito que desaparecerá el oficio y la multitud de bailadores y bailadoras de las más de veinte colles de baile de la isla, no podrán ir calzados como es debido.