Marisol Burón, la madre de Marta Calvo, la joven de 25 años presuntamente asesinada y descuartizada a manos de Jorge Ignacio Palma en la localidad valenciana de Manuel en 2019, ha explicado ante el jurado popular del caso que el policía que la atendió cuando puso la denuncia por la desaparición le dijo que su hija «siendo lo que era» (ejercía la prostitución) «igual estaba en Palma o Ibiza y venía con 20.000 euros. Yo le contesté que eso nunca lo haría». Así lo recoge el medio The Objective que publica la declaración prácticamente completa de la madre.
El último mensaje que Marta Calvo envió a su madre incluía una ubicación que permitió identificar al autor de su desaparición y de la ocultación de su cuerpo. Jose Ignacio Palma está imputado, además, por otras dos muertes y un total de 33 delitos contra mujeres a las que agredió bajo el señuelo de una “fiesta blanca”, a base de cocaína. Así, en mitad de las relacione sexuales introducía cocaína de gran pureza en la vagina o en el ano en las mujeres y eso les provocaba convulsiones inmediatas por sobredosis, llegándoles a causar la muerte.
Precisamente, en el juicio actual contra Jorge Ignacio Plaza se le juzga como supuesto asesino Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas por ese método y de intentarlo con otras ocho mujeres más entre el verano de 2018 y noviembre de 2019.
La Fiscalía reclama 130 años de cárcel por 11 delitos de abuso sexual y un delito contra la salud pública.
Los padres de Marta Calvo piden prisión permanente revisable, recuerda The Objective.
La madre ha explicado que la noche del 7 de noviembre de 2019, su hija estaba ejerciendo la prostitución. «Le mandó un mensaje y le dijo que estaba con un cliente en el pueblo (Manuel). Le envió la ubicación […] Al día siguiente, cuando la madre se despertó, le mandó varios mensajes a su hija pero no le contestaba. Tampoco cogía el móvil. A mediodía le volvió a mandar un mensaje y le pidió que le dijera algo porque estaba preocupada, pero tampoco obtuvo respuesta. Dejó pasar el día y el viernes por la tarde, día 8, acudió a Manuel, hasta la ubicación que le había enviado su hija», relata el medio.
El presunto autor de los hechos le abrió la puerta. «Este señor me abrió la puerta, le pregunté por Marta, iba todo vestido, arreglado, con una cazadora y con las manos en los bolsillos, y me dijo con toda serenidad del mundo que no conocía a Marta», ha narrado. Regresó a su casa y el domingo se fue a la Policía a denunciar la desaparición. «El policía me dijo que mi hija, siendo lo que era, igual estaba en Palma o Ibiza y venía con 20.000 euros. Yo le contesté que eso nunca lo haría», explica. «Al final me puso de mala gana una denuncia que tenía siete líneas y porque le insistí», ha agregado.
Cuando el caso tomó la relevancia que tenía, un grupo de homicidios de la Guardia Civil se encargó y el 25 de noviembre los investigadores fueron reforzados por la sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se desplazó desde Madrid a Valencia.
Tras las primeras indagaciones en la vivienda alquilada, que había sido limpiada a conciencia con lejía, su inquilino pasó a ser el principal sospechoso. El intento de deshacerse de su vehículo en un desguace de El Puig, añadió más razones para su búsqueda.
El principal sospechoso, Jorge Ignacio Palma, colombiano en libertad condicional por tráfico de drogas, se entregó el miércoles 4 de diciembre en el cuartel de la Guardia Civil en Carcagente (Valencia). En su declaración afirmó que la muerte fue accidental tras practicar sexo mezclado con alcohol y cocaína. Finalmente optó por deshacerse del cadáver. Compró para ello dos serruchos, bolsas de plástico, lejía y ácido. Tiró los trozos del cuerpo en diferentes contenedores pero nunca fue encontrado.
La Guardia Civil encontró restos de piel y algunos pelos en las cañerías.
Jorge Ignacio Palma, de 40 años, ha sido señalado como un asesino en serie que habría matado al menos a tres mujeres y agredido sexualmente a otras ocho, todas ellas ejerciendo la prostitución, entre el 25 de julio de 2018 y el 7 de noviembre de 2019.
Quién juega con fuego se puede quemar