Es poco común que una política despierte comentarios tan benévolos e incluso elogiosos, aunque sea por la noticia de su fallecimiento. Virginia Marí Rennesson, quien fuera alcaldesa de la ciudad de Eivissa sólo 10 meses, entre agosto de 2014 y junio de 2015, recibe ahora el reconocimiento que merece. La hija del expresidente del Consell d’Eivissa y Formentera entre 1987 y 1999, Antoni Marí Calbet, es objeto de merecidos encomios provenientes de todo el espectro político y social, algo que raramente sucede y que ella ha conseguido.
La falta de salud le impedía cumplir con sus obligaciones de diputada autonómica y hacía meses que no se la veía por el Parlament, aunque admito que no sospechaba que estuviese tan enferma como para abandonar este mundo tan joven, con tan solo 60 años. Una muerte sorpresiva siempre es más dolorosa y más difícil de digerir.
Recuerdo a Virginia, esta política sobrevenida y honesta que nunca quiso deshacerse de la imagen de inspectora de pesca, asando gerret en Santa Eulària. Siempre trabajando, siempre colaborando en tareas de voluntariado, siempre amable y sonriente. Asumiendo la responsabilidad que el destino le deparaba a cada momento, como cuando tuvo que asumir la alcaldía de Vila en unas circunstancias dificilísimas para el PP y sin ninguna aspiración política. La tercera alcaldesa de la legislatura 2011-2015.
Virginia Marí fue una excelente servidora pública. Primero desde su puesto de funcionaria y más tarde desde la política. Una mujer de firmes convicciones, apasionada del mar y de la pesca, que siempre se mostró respetuosa con todos, incluso con aquellos que la criticaban con dureza.
Cuando la conocí me pareció una mujer parca en palabras y un tanto áspera en el trato. Pronto pude comprobar que aquella sensación era infundada. Y que, si en algún momento parecía distante, era justamente por su exquisita educación y amabilidad. Virginia era una señora. La echaremos en falta. Qué pena que se haya ido tan pronto.
Envío mis condolencias a su familia, amigos y compañeros del Partido Popular, donde su defunción ha causado gran conmoción y honda tristeza. Al cel sia!