Los últimos datos trasladados por la Dirección de Recursos Hídricos del Govern Balear anunciaron recientemente que Ibiza entraba al verano en situación de prealerta por sequía. Por este motivo, desde el Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation y la Alianza por el Agua advierten de la crítica situación de los recursos hídricos y recuerdan que, en la última década, únicamente ha habido dos años en los que no ha habido ningún período de sequía durante la temporada estival, el 2014 y el 2017.
Según los datos recogidos por la Alianza y reflejados en el Informe de Sostenibilidad de Ibiza 2022 del Observatorio, actualmente en fase de elaboración, en los últimos diez años, la isla ha tenido escasos períodos de normalidad en cuanto a la disponibilidad de agua potable subterránea se refiere. La sequía hidrológica ha estado presente en períodos frecuentes y demasiado continuos.
Así, el análisis de los datos sobre el índice de sequía hidrológica pone de manifiesto que, desde el año 2014, únicamente ha habido un período relativamente prolongado de normalidad de año y medio entre el 2017 y el 2018. Desde mayo del 2014 y hasta febrero del 2017, la situación fue crítica al sufrir períodos de prealerta y alerta de manera continuada. Asimismo, en el 2018 y el 2019, se entró en prealerta en septiembre y en agosto respectivamente, coincidiendo con la temporada estival y, por tanto, con una mayor explotación de los recursos subterráneos y menor pluviometría. En lo que se refiere al 2022, Ibiza comenzó el año en situación de prealerta, volviendo a la normalidad en febrero; y poco después, se declaró la prealerta por sequía en septiembre. La prealerta se mantuvo hasta final de año y, a día de hoy continuamos en esa situación.
Los datos reflejan de este modo que en los últimos años Ibiza ha vivido períodos de prealerta de sequía hidrológica de manera continuada. Desde el Observatorio de Sostenibilidad de IbizaPreservation recalcan por todo ello la necesidad de emplear los medios técnicos y económicos necesarios para impulsar la reducción del consumo de agua subterránea. “Es necesario que entre las instituciones y la ciudadanía construyamos una sociedad resiliente, capaz de poder afrontar el impacto de la escasez de agua con los recursos técnicos, económicos y colaborativos necesarios”, señala Itziar Arratibel, coordinadora técnica del Observatorio.
Por su parte, desde la Alianza por el Agua, la técnica Marina Moheno explica que “los ecosistemas dependen del agua para su supervivencia. La falta de agua durante una sequía puede causar estrés hídrico en plantas, animales y otros organismos, lo que puede llevar a la degradación y pérdida de biodiversidad.” Por ello, Moheno asegura que “una gestión adecuada de los recursos hídricos implica proteger los ecosistemas acuáticos y terrestres, asegurando que haya suficiente agua para mantener su funcionamiento saludable.”
Para ambas organizaciones, la sequía es un problema estructural que va a seguir dándose año tras año. En palabras de Inés Roig, técnica responsable de la recopilación de los datos de los indicadores del agua de la Alianza por el Agua, “el problema de la sequía no es puntual ni está solucionado, por lo que, o se toman las medidas necesarias y hacemos un uso y una gestión eficiente del agua, o el impacto en nuestras masas de agua subterráneas va a ser cada vez más nocivo hasta llegar a ser irreparable”.
Ambas organizaciones instan en este día a las instituciones públicas y privadas y a la ciudadanía en general a asumir medidas y prácticas de eficiencia hídrica que aseguren poder contar con este recurso imprescindible para el sostenimiento de la vida a corto, medio y largo plazo.