«Solos, en mitad del mar, en un pequeño bote, hay dos pescadores trabajando desde las seis de la mañana hasta las cinco de la tarde, a los que apunto continuamente con mis cámaras. El sol gira lentamente a nuestro alrededor. La luz viene del costado y las sombras son profundas en la mañana temprano, la corriente de luz es directa del sol de la tarde y luego llega la luz de la tarde, más suave. El barco se convierte en un estudio sobre el agua con luces que cambian solas. Pero lo más importante son los dos pescadores, la barca pequeña y todo lo que hay dentro de la barca».
Con estas palabras Louis Stettner relataba por escrito lo que poco antes había retratado con su cámara. Era verano de 1956 y, sobre la barca de Pepe y Tony, el fotógrafo se retorcía para buscar ángulos diferentes, a veces incluso colgando su cuerpo por fuera de la borda. Pero él no quería algo épico, quería la sencillez del barco, primeros planos, mostrar al pescador con toda su sencilla dignidad.
Hace 67 años Stettner encontró en Ibiza a dos personajes que le atrajeron tanto como antes lo habían hecho los dinámicos neoyorkinos o los más poéticos parisinos.
Pero para entender a este fotógrafo y escritor hay que remontarse a los inicios.
Nació en el barrio de Brooklyn, Nueva York, en 1922 y era solo un adolescente cuando se compró su primera cámara y buscó en las calles de su ciudad la inspiración que necesitaba. Una vocación temprana que le llevó a pertenecer desde muy joven a la Photo League (1936-1951), un colectivo neoyorquino de fotógrafos —heredero de la Asociación de fotógrafos de trabajadores alemanes— que se reunía periódicamente para debatir las conexiones entre fotografía y política y promover la fotografía como denuncia social.
Stettner trabajó, además, como fotógrafo en la Segunda Guerra Mundial, lo que acentuó su rechazo al fascismo y le hizo desarrollar una creencia profunda sobre lo que es el ser humano en su esencia, valorando la dignidad del hombre común mientras luchaba contra el nazismo junto a sus compañeros soldados.
Terminada la guerra, Stettner visitó París en 1947 donde acabó quedándose cinco años y estudió cinematografía con una beca del Ejército, tal y como recuerdan en la Fundación MAPFRE, que acoge hasta finales de agosto una muestra de este fotógrafo estadounidense en la que se pueden ver las imágenes de los pescadores de Ibiza.
«En los Estados Unidos, el pasado es completamente borrado por el presente. […] En Europa, el pasado domina el presente. Un enorme conglomerado de piedras antiguas lo impregna todo, dando una tranquilidad; un sentimiento seguro de que la vida es un asunto muy difícil que dura mucho tiempo y al que los humanos hemos logrado sobrevivir. Me sentí tan completamente en casa», reflexionaba el también escritor sobre su amor por Europa.
A lo largo de su carrera, Stettner se movió entre Nueva York y París, antes de instalarse definitivamente en la capital francesa en la década de 1990, donde permaneció hasta su muerte en 2016.
Su trabajo combina precisamente lo mejor de la fotografía americana y francesa: la poesía humanista de la francesa con la conciencia social y la urbe americana.
Amante de la poesía de Walt Whitman (tenía ‘Hojas de hierba’ como biblia), Stettner encontró en los pescadores de Ibiza aquello que buscaba también la poesía del americano: «la humanidad esencial de la gente común», destacan desde la Fundación, donde las fotos de Ibiza tienen un especial protagonismo en la retrospectiva que acogen. Tanto, que una de las imágenes tomadas en Ibiza ilustra el catálogo y el cartel de la exposición. Una muestra muy especial, además, porque es la primera vez que se muestran las fotografías de Stettner en España.
Organizada cronológicamente, la exposición recorre el trabajo del artista desde sus inicios en París, «donde fotografió la ciudad vacía durante la posguerra», y en Nueva York, «con sus imágenes de viajeros en el metro y en Penn Station, hasta su posterior uso de la fotografía en color, para terminar con sus últimas meditaciones sobre el paisaje de los Alpilles en el sur de Francia».
El compromiso social y su preocupación por los menos favorecidos, llevó a Stettner a fotografiar con frecuencia a trabajadores y obreros con el ánimo de presentarlos como individuos auténticos y dignos, al margen de lo precarias que fueran sus condiciones laborales. En sus propias palabras: «En medio del ruido, la suciedad, los humos y el riesgo de accidentes, me parecían personas muy sensibles, de una humanidad innata y con una maravillosa capacidad de organización y de percepción de la realidad inmediata. Siempre me hicieron sentir bienvenido y cómodo […] mi estancia en las fábricas fue una de las experiencias más significativas de mi vida». Los trabajadores de Stettner parecen fuertes y orgullosos, «a menudo están absortos en sus pensamientos y dominan la imagen en la que aparecen; trascienden su entorno laboral y se muestran como individuos autónomos que se niegan a dejarse abatir por el trabajo duro», destacan desde la organización de esta magnífica muestra. Y así aparecen los pescadores ibicencos Tony y Pepe.
La exposición se puede ver en la Fundación MAPFRE, ubicada en el Paseo de Recoletos, 23 de Madrid hasta el 27 de agosto de 2023 Horario Lunes (excepto festivos): 14 – 20 h De martes a sábado: 11 – 20 h Domingos y festivos: 11 – 19 h.
Entrada General: 5 € Reducida: 3 € Gratuita: lunes (no festivos)
En este enlace se pueden ver más fotografías tomadas en Ibiza https://louisstettner.com/pepe-and-tony-spanish-fishermen/