Conduzco hacia casa pensando en el homicidio del ciclista Bernat Ribas, que nos ha dejado conmocionados. Muchas personas tenemos hoy la sensación de que se ha colmado un vaso que, en verdad, desborda por todas partes desde hace mucho tiempo.
Conduzco hacia casa pensando en muchas conversaciones con mis amigos en las que comentamos que conducimos tensos, en guardia. Adelantados temerariamente por gente que parece vivir en una montaña rusa de adrenalina provocada por a saber qué sustancias o qué cóctel de ellas. Pienso también en la niña de 6 años que se quedó huérfana, tras perder a su madre, de 42 años, en un accidente a principios del mes de mayo provocado por una mujer que minutos antes protagonizó un altercado en un supermercado. Gentuza. Gentuza por todas partes.
Me detengo en un paso de peatones para dejar pasar a un chico y me adelanta a toda velocidad por la derecha un motorista llamándome puttana, puta en italiano. El peatón y yo nos miramos sin entender qué ha pasado.
Al llegar a casa compruebo cuáles son las noticias más leídas de los últimos días. Encabeza el ranking la de un hombre que come bogavante y bebe champagne en un restaurante de Ibiza y no quiere pagar la cuenta de 1.300 euros. También la de otro hombre que deja a su hijo en el coche mientras se va de copas, o la de un chico de 22 años que muere tras caer del balcón de su hotel, o la de otro muerto en su habitación presuntamente por sobredosis… Titulares de una isla excesiva, esperpéntica, estrambótica. ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Quién lo ha alentado? Demasiado es demasiado. La isla demasiado.
¿De verdad alguien cree que Ibiza se puede promocionar como una isla familiar, sostenible, ecológica o cultural en las ferias de turismo con estos titulares, con esta realidad? Duele decirlo tan crudamente, pero la desestacionalización parcial que hemos vivido solo ha servido para que los sucesos, en lugar de concentrarse en julio y agosto, lo hagan de abril a octubre.
Mientras tanto, las personas que tratamos de vivir dignamente, guiadas por eso que tanto se desprecia y que tanto valor tiene como es la normalidad, intentamos esquivar esta montaña de despropósitos. Pero hoy no podemos. Hoy pensamos en Bernat. ¡Basta ya! decimos, pero nada apunta a que alguien se vaya a atrever a cerrar el grifo de la marea de gentuza y esperpento en la que se ha convertido Ibiza.
Pero no pasa nada …!! , nos visitan los famosos, tenemos los mejores djs, los grandes barcos en nuestros puertos o encima de la poseidonia , pero no pasa nada!! , incluso se le hacen grandes reportajes en diarios como este. Pero no psa nada !! , la basura repartida por todos los rincones de la isla , aceites y combustible vertidos en el mar , pero no pasa nada!! Solo importa que los » amigos » de turno estén contentos llenando sus cuentas bancarias a costa del malestar general de la ciudadanía y la salud medioambiental de la isla. La diosa Tanit está de luto.
Probablemente la autora del artículo, la Sra. Laura Ferrero, debe de vivir de esta misma gentuza a la que tanto crítica. En Ibiza, como en todos los sitios, todas las cosas están conectadas y existen porque tenemos a demasiadas personas interesadas en que existan. Nos molestan los conductores borrachos pero no tenemos inconveniente en que se emborrachen en nuestro negocio. Odiamos al turismo de chusma y luego lo metemos en nuestros negocios.
Hipócritas. Quitamos la venda de los ojos y empezar por limpiar vuestra propia casa.
Estimat C.Q, resulta que fa uns 25 anys enrera es vivía molt millor amb menys turisme però d´un altre mena. I els negocis funcionaven, i no hi havian embussos a la carretera i els que venian a treballar podien llogar pisos per ells sols. No vinguis tu ara a fer-te el «enteradillo» de torn, donant consells i insultant-nos.