El jardín histórico del Parc Samà de Cambrils y el parque Ibiza Botánico Biotecnológico (BIBO PARK) unirán esfuerzos para poner en marcha iniciativas que ayuden a mitigar el cambio climático, siendo la creación de un vivero histórico y experimental con especies propias del paisaje mediterráneo su primer proyecto conjunto de este año, han informado fuentes del BIBO PARK en un comunicado de prensa.
La colaboración, que tiene por objetivo «compartir conocimiento para acelerar proyectos de innovación y conservación con base biotecnológica», se asienta sobre la pregunta que los responsables de ambos parques se hicieron hace un año: ¿Qué tienen en común un jardín histórico de 1881 y un innovador jardín botánico del siglo XXI?, han explicado las citadas fuentes.
«Ambos lugares comparten la meta de impactar de forma positiva en el lugar donde se ubican y, más allá, contribuir a la generación de empleo y al fomento de la economía local de proximidad y a la competitividad de los destinos turísticos de Cambrils e Ibiza. Los dos botánicos quieren unir sus esfuerzos para generar conocimiento y acelerar proyectos que muestren la importancia de la contribución de las especies botánicas en la mitigación del cambio climático», han añadido.
El vivero o invernadero de especies históricas y singulares es el primer proyecto de conservación que se va a desarrollar dentro del convenio de colaboración. Así, durante este año se seleccionarán las especies que formarán parte de este vivero, que será compartido entre los dos parques.
En principio se han identificado dos líneas de trabajo que se apoyarán con acciones de divulgación. La primera, de especies singulares endémicas, trabajará inicialmente con el palmito Chamaerops humilis, muy presente en el Parc Samà y la única palmera autóctona del mediterráneo occidental, también presente en Baleares e Ibiza, donde se considera protegida por el Catálogo Balear. La segunda, de ejemplares históricos, intentará la reproducción en el Ibiza Botánico Biotecnológico de los ejemplares del Parc Samà catalogados como árboles monumentales: un ciprés mediterráneo, un cedro atlántico y un roble.
Además, también se prevé un trabajo conjunto en diferentes áreas propias de la gestión, con el reto de posicionar los jardines históricos y parques botánicos como parte de la industria turística. «Ambas empresas están convencidas de que el patrimonio vegetal e histórico contribuye a que el destino sea más competitivo, ya que estos lugares son únicos, contribuyen a la identidad del territorio, y por lo tanto a su capacidad de captar nuevos segmentos de mercado», han destacado las citadas fuentes.
Intercambiar conocimiento y contribuir a la concienciación
La colaboración entre el Parc Samà de Cambrils y el parque Ibiza Botánico Biotecnológico busca fortalecer «el papel de los dos botánicos como lugares de aprendizaje y de concienciación sobre la contribución de los parques a la mitigación de los efectos del cambio climático».
«Somos grandes aulas de naturaleza e investigación, queremos que los visitantes disfruten durante su visita y que lo hagan aprendiendo; en un contexto de ocio es más fácil contribuir a la sensibilización y concienciación de la importancia de la conservación de todos los hábitats, paisajes y especies de las Pitiusas», ha afirmado el director del parque de Ibiza, Eduardo Mayol.
A su vez, Francisco Castillo, del Parc Samà de Cambrils, ha señalado que «cada uno de los 127.000 visitantes del Parc Samà en 2022 contribuyó a secuestrar cerca de 100 kilos de CO2 al año», resaltando así la importancia de las funciones de los jardines botánicos y la contribución de los visitantes para su mantenimiento y conservación, destacan las mismas fuentes.
El jardín histórico del Parc Samà de Cambrils es «uno de los mejores ejemplos de la jardinería del Romanticismo en España» y pertenece a la Red Europea de Jardines Históricos. En sus 14 hectáreas, al lado del mar, alberga unos 1.500 árboles de gran porte, que necesitan planes de eliminación, saneamiento y manejo, y que están permitiendo incorporar nuevos ejemplares para mantener la biodiversidad del parque. En concreto, durante los cuatro últimos años se han introducido 500 ejemplares, principalmente de la familia de las aráceas (palmeras), con un nuevo invernadero.
Por su parte, el Ibiza Botánico Biotecnológico tiene apenas cinco años de historia y se concibió como un centro de conservación natural de la flora pitiusa y de divulgación científica. La recuperación y conservación de la flora de Ibiza y Formentera comparte protagonismo con la búsqueda de soluciones a través de la biotecnología basada en la riqueza del mundo vegetal. En él se pueden ver la producción de microalgas, parterres de producción de electricidad a partir del suelo natural mediante baterías biológicas, el primer piano vegetal del mundo y los Bio sensores sostenibles.