En el Colegio Cervantes de Sant Antoni unos ventiladores apenas consiguen crear una pequeña corriente de aire. A 33 grados en el exterior y sin aire acondicionado, las personas que forman parte de las mesas electorales están sudando la gota gorda. Es más, en un par de aulas hay incluso situaciones de tensión. La incomodidad se hace palpable en el ambiente.
Isabel Castaño, vocal en una mesa, lo define en una frase: «Esto es una tortura china de 16 horas por 70 euros», explica, y es que, aunque los colegios cierran a las 20 horas, sabe que el recuento y finalizar todo el papeleo les tomará unas horas más: «llevamos aquí desde la ocho y vamos a acabar cerca de las 12 de la noche».
Lo dice mientras es evidente que tiene la ropa empapada en sudor y no son ni las 12 del mediodía. Se ha traído un ventilador de casa para poner sobre la mesa, agua bien fría, un abanico y un rollo de papel higiénico para secar el sudor de la cara y el cuerpo. Junto a ella Nieves Fernández, que preside. Es la tercera vez que la llaman para estar en una mesa electoral: «la lotería no me toca pero esto me ha tocado tres veces», bromea.
Junto a ella está Adrián Fernández, de solo 18 años al que, como es obvio, le han llamado por primera vez para formar parte de una mesa. «Deberían pagar más», comenta mientras apunta los datos de los votantes. «70 euros es muy poco», lamenta dado que, con suerte, saldrán del colegio a las 11 de la noche, con lo que sale unos 6 euros la hora.
Muy cerca, en el colegio Vara de Rey se nota una diferencia abismal entre los ánimos de la mesa electoral instalada en la Biblioteca, donde hay aire acondicionado, y la mesa a la que le ha tocado el gimnasio, donde hoy hay aire y solo tienen un ventilador aliviando poco o nada la sensación de bochorno que hay en la sala. «Emosido engañado«, bromea una de las integrantes de la mesa haciendo referencia al famoso meme de la pintada en redes sociales.
En el Colegio de Sant Agustí de Sant Josep se nota buen ambiente. A pesar de que hace calor, el colegio se nota algo mejor ventilado y los ventiladores de las aulas se ven más modernos «aunque no alivian mucho», reconocen.
En lo que coinciden todos los consultados es que la gente ha sido madrugadora para votar. Tanto para evitar el calor como para disfrutar del domingo. La afluencia ha sido alta por la mañana y serán menos los que elijan las horas de la tarde para depositar su voto.
Y lo que en general se aprecia también es que, en la mayoría de mesas recorridas y consultadas, estas se han constituido con los titulares. A pesar del temor a que no se presentaran muchas personas por las fechas de pleno verano, las mesas se han formado en su mayoría sin tener que echar mano de demasiados suplentes.