Nos ha dejado Helen Watson y todos nos hemos quedado huérfanos. No solamente nosotros, su familia, amigos o compañeros de Ibiza y Formentera Contra el Cáncer, sino también cada uno de los ciudadanos de unas islas por las que ha luchado incansablemente desde hace cincuenta años y a las que ha dedicado su vida. Ella, que trabajó incansablemente entregando su tiempo y energía de manera desinteresada para apoyar a los afectados por esta enfermedad, nos deja tras semanas de sufrimiento en su propia batalla.
Su compromiso inquebrantable para marcar la diferencia en la vida de los demás ha sido inspirador y su estela ha marcado los corazones de innumerables personas, a las que ha brindado consuelo, orientación y esperanza durante sus momentos más oscuros. Su compasión no conocía límites y su impacto se sentirá durante muchos años.
Primero como secretaria, Procónsul, Vicecónsul y Cónsul Británica en las Pitiusas, por cuya labor recibió la Medalla como miembro del Imperio Británico de manos de la Reina Isabel II, y después, desde 2009, como presidenta de Ibiza y Formentera Contra el Cáncer, IFCC, la Asociación que, como ella decía, “no solamente ayuda a los pacientes con cáncer de nuestras islas, sino también a sus familias”.
La recordamos como un faro de fuerza y resiliencia, siempre anteponiendo las necesidades de los demás antes que las suyas. Su legado quedará grabado para siempre en los corazones de aquellos a quienes tocó. Aunque ya no esté físicamente con nosotros, su espíritu continuará guiándonos e inspirándonos.
A Helen no le gustaba dar discursos, conceder entrevistas, ni recibir reconocimientos. Lo que ella prefería era trabajar, recaudar fondos e invertirlos en la mejora de la calidad de vida de los pacientes de cáncer de las Pitiusas. Helen luchaba sin hacer ruido, sacando a relucir su carácter firme y no se ponía límites para alcanzar sus objetivos, porque sabía que contaba “con el mejor equipo del mundo”, como ella decía, ese mismo que hoy le llora incrédulo antes esta despedida.
Desde Ibiza y Formentera Contra el Cáncer queremos darle las gracias una vez más y transmitirle a su familia, a su marido Manolo, a su hija Raquel, y a su yerno y nietos, que nuestra “hada madrina” no solamente ha hecho magia en Ibiza, sino que su legado, el que compartimos, continuará con fuerza en su honor y como el mayor de los homenajes.