Si un trabajador de Baleares destina un 30 % de su salario al alquiler de vivienda, podrá rentar un piso de 34 metros cuadrados, según un estudio realizado por Fotocasa que relaciona salarios y vivienda, que en el caso de las islas tiene en cuenta que el sueldo bruno mensual medio es de 582 euros.
El balear medio necesitaría 779 euros más para poder alquilar los 80 metros de la vivienda tipo, indica la inmobiliaria.
El estudio “Relación de salarios y la compra de vivienda” tiene en cuenta que los organismos de control oficiales recomiendan destinar aproximadamente el 30 % de los ingresos al pago de la vivienda para poder vivir desahogado y hacer frente al resto de gastos del mes.
Esto supone que, teniendo en cuenta el salario bruto medio mensual de Baleares en 2022 registrado por InfoJobs (1.941 euros) y el precio del metro cuadrado de la vivienda en alquiler en agosto de 2023 (17,01 euros/m2 al mes), el balear medio podría alquilar 34 m2 de vivienda con los 582 euros que supone destinar el 30 % del salario medio recomendado.
Además, si un tercio del sueldo bruto mensual equivale a 582 euros (34 m2 de vivienda), el balear medio necesitaría esos 779 euros para poder alquilar los 80 m2 que tiene una vivienda tipo en España.
Respecto al tamaño de vivienda que se puede alquilar en otras comunidades autónomas, la lista, de menor a mayor, es la siguiente: Madrid y Barcelona (39 m2), País Vasco (42 m2), Canarias (43 m2), Cantabria (46 m2), Comunitat Valenciana (50 m2), Navarra (57 m2), Andalucía (63 m2), La Rioja (64 m2), Galicia (65 m2), Aragón (65 m2), Asturias (66 m2), Castilla y León (67 m2), Murcia (69 m2), Castilla-La Mancha (90 m2) y Extremadura (96 m2).
Por otro lado, Idealista ha hecho público este jueves otro informe en materia de vivienda que refleja que solo el 26 % de habitaciones en el mercado se ofrecen para estudiantes en Palma, frente a un 32 % de media nacional.
Palma es además la ciudad donde las viviendas se ofrecen en mayor medida para trabajadores, a quienes se dirige el 62 % de la oferta de alquiler para compartir, frente al 46 % nacional.
Según el estudio, la divergencia entre la demanda de habitación por parte de estudiantes y la oferta disponible en la mayoría de ciudades, genera mayores tensiones en los precios de los pisos aptos para la convivencia estudiantil, en comparación con aquellos destinados a compartir entre personas trabajadoras.
El mayor salto entre una y otra modalidad se da en Pamplona, dónde las habitaciones para estudiantes son un 14% más caras que las que se ofrecen a trabajadores: una habitación en un piso de estudiantes en la capital navarra cuesta 400 euros, frente a los 350 que cuesta en uno de trabajadores.
Le siguen las diferencias de Zaragoza (8 % más caros), Palma (8 % más caros), Burgos (7 %) y Madrid (7 %).
EFE