Los obispos españoles celebraron ayer una Asamblea Plenaria extraordinaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) motivada por el contenido y resultados del Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica, elaborado por el Defensor del Pueblo.
La asamblea estuvo presidida por el cardenal Juan José Omella y asistieron de manera presencial un total de 31 obispos, entre ellos el de Ibiza, Vicent Ribas Prats, según informa el Obispado de Ibiza. además de otros 57 obispos por vía telemática.
Esta Asamblea se convocó para centrarse en la cuestión de los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia, según informa la propia Conferencia Episcopal en un comunicado.
Los obispos presentes «han manifestado su dolor por el daño causado por algunos miembros de la Iglesia con los abusos sexuales y reiteran su petición de perdón a las víctimas«, indican en un comunicado.
Asimismo, han manifestado el deseo de «trabajar conjuntamente en la reparación integral de las víctimas y profundizar en los caminos para su protección, su acompañamiento y la prevención de los abusos».
«Duelen los abusos cometidos en la Iglesia. Sorprende también la extrapolación que se hace de los datos obtenidos en una encuesta adjunta al informe. No corresponden a la verdad ni representan al conjunto de sacerdotes y religiosos que trabajan lealmente y con entrega de su vida al servicio del Reino», dicen en la nota en referencia a una estadística aportada y que afirma que el 0,6 por ciento de la población española afirma haber sido objeto de abusos por parte de algún miembro de la Iglesia Católica.
Sobre el informe del Defensor del Pueblo
Los obispos han valorado el informe del Defensor del Pueblo, quien afirma que fue invitado a asistir a esta reunión del episcopado español, pero declinó participar por motivos personales. En este sentido han realizado una primera aproximación a su trabajo valorando, de manera especial, el testimonio recogido de las víctimas, «lo que permite situar a las víctimas en el centro», afirman en la nota. «Se han considerado también valiosas las recomendaciones propuestas en este informe«, afirman.
Partiendo de esta realidad, la Asamblea Plenaria se une a la petición del Defensor del Pueblo «que urge al Estado a poner en marcha las recomendaciones que el informe realiza a sus distintas instituciones», para asumir su responsabilidad en la tarea conjunta de poner fin a esta lacra que afecta a toda la sociedad, como señala el mismo informe. «Dejar de tener en cuenta la magnitud del problema y su dimensión mayoritariamente extraeclesial, supone no afrontar las causas del problema y perpetuarlo en el tiempo. Además, poner el foco exclusivamente en la reparación de las víctimas de la Iglesia, discriminaría a la mayoría de las víctimas, a las que convertiría en víctimas de segunda», afirman.
Puesta en marcha de las recomendaciones recibidas
En relación a las recomendaciones propuestas por el informe del Defensor del Pueblo, los obispos de la Asamblea Plenaria han constatado que, en buena medida, «son convergentes con otras propuestas trabajadas en la Conferencia Episcopal Española (CEE) desde ya hace algún tiempo».
«Los obispos han decidido encargar al Servicio de Protección de Menores de la CEE el itinerario de la aplicación de las recomendaciones del Defensor del Pueblo, en relación a los cauces de reparación, prevención y formación. Este itinerario será ya implementado en la próxima Asamblea Plenaria de noviembre», afirman.
Un problema que va más allá de la Iglesia
Junto a la responsabilidad de la Iglesia en la cuestión de los abusos, «por la que miembros de esta Asamblea Plenaria han pedido perdón», el estudio del Defensor del Pueblo presenta una visión general del problema que va más allá de la Iglesia: «los abusos sexuales a menores son un problema social al que todas las instituciones públicas y privadas tiene el deber de dar respuesta», añaden.
«De todas formas, un solo caso de abusos es intolerable. La Iglesia católica en España lleva años trabajando en poner fin a esta lacra y va a seguir trabajando en la misma línea, incorporando a su esfuerzo diario estas recomendaciones. La Iglesia quiere contribuir a erradicar los abusos sexuales en la infancia no solo en la Iglesia sino en toda la sociedad y pone al servicio de la misma su triste experiencia para hacerlo, con espíritu de colaboración», subrayan en la nota.