En los años 30 del siglo pasado llegaron a Ibiza los primeros viajeros extranjeros, un proto-turismo que, en verdad, estaba conformado en su mayoría por exiliados y/o trotamundos que encontraron en la isla un lugar tranquilo y barato donde poder instalarse una buena temporada.
El filósofo y escritor alemán Walter Benjamin es tal vez el más conocido de todos aquellos viajeros de los años 30, que acabaron yéndose de Ibiza por el estadillo de la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista.
Otro nombre, menos conocido pero igualmente fascinante, es el de la pintora judía-austriaca Lene Schneider-Kainer, nacida Lene Schneider (Austria 1885-Bolivia,1971).
Una mujer de vida electrizante, que se divorció de su marido en 1926, que recorrió Asia siguiendo los pasos de Marco Polo y que era conocida en Berlín por sus dibujos eróticos, sus postales desnudos femeninos y sus diseños de lencería.
Unas referencias que dicen mucho del carácter indómito de esta mujer, que acabó residiendo en Ibiza entre 1933 y 1936 huyendo de la Alemania nazi.
A su llegada a la isla, en 1933, hace ahora 90 años, tuvo la idea de abrir un pequeño hotel llamado Ca Vostra, que también tenía bar y un salón de baile y que sirvió de refugio a los exiliados. Una colonia donde arte y hedonismo se daban de la mano.
La historia de esta pintora y de su legado, bastante desconocido, lo recupera ahora una exposición en Berlín, dentro de la Berlin Science Week, donde se puede ver el libro de visitas de Ca Vostra, con las firmas de los invitados, clientes y huéspedes.
Forma parte de la exposición The Power in/of collections, lleva el título An Archive of Hospitality (Ibiza, 1933-1936) y puede verse hasta el 10 de noviembre.
Lene Schneider-Kainer, hija del pintor Sigmund Schneider, acabó en Ibiza después de un viaje a las Illes Balears en 1932, del que ya no regresó a Alemania tras la toma de poder de los nacionalsocialistas.
Una vez en la isla, su carácter emprendedor e inquieto le hizo poner en marcha el Hotel Ca Vostra, en Dalt Vila, que ella misma decoró con piezas que había recopilado en sus viajes por Asia. Se convirtió en el lugar de tertulias y ocio de los judíos exiliados de Alemania.
En Ibiza no solo creó este interesante centro de refugio y reunión, sino que en la isla siguió pintando y dibujando. Unos trabajos que se conservan en el Leo Baeck Institute de Manhattan, como la escena ibicenca que aparece bajo estas líneas.
Con el estallido de la Guerra Civil Española, Schneider-Kainer tuvo que dejar Ibiza y partió precipitadamente hacia Nueva York. Allí, y bajo seudónimo, publicó libros infantiles en tela lavable.
Pero no se había despedido de Ibiza para siempre: en los años 50 regresó para recoger algunas de las pertenencias que dejó en su camino hacia Nueva York. Entre ellas, aquellas piezas únicas de sus viajes por Oriente, como recordaba en un artículo Jesús García Martín, escritor y editor.
En 1954 se instaló en Cochabamba, Bolivia, donde ayudó a su hijo a establecer una fábrica textil. Vivió desde entonces bajo el nombre de Elena Eleska hasta su muerte en Bolivia en 1971.
La fascinante historia de Lena Schneider-Kainer
Conocida por sus pinturas de desnudos femeninos eróticos, Lene Schneider-Kainer se divorció de su marido en 1926 y recibió el encargo del periódico Berliner Tageblatt de seguir los pasos de Marco Polo por todo Oriente Medio y Asia.
Entre 1926 y 1928, ella y el poeta Bernhard Kellermann viajaron por Irán, Ladakh (Klein-Tíbet), India, Tailandia, Vietnam y China como parte de esta misión. El papel de Schneider-Kainer en el viaje fue el de dibujar, fotografiar y escribir sobre sus impresiones y experiencias; Estas contribuciones aparecían periódicamente en el Berliner Tageblatt aunque, por desgracia, gran parte de esos archivos se han perdido
Conoció los fumaderos de opio en Isfahan, los burdeles de Agra, los templos budistas en el Himalaya y hasta la Ópera de Pekín. Todo aquello quedó reflejado en su obra.
Cuando murió, Schneider-Kainer dejó su diario de viaje, fotografías, álbumes de recortes y más de 100 acuarelas y bocetos al Instituto Leo Baeck.
Su nombre. como el de tantas mujeres, no ha trascendido como sí lo hicieron el de otros compañeros de generación, a pesar de la calidad de sus trabajos. Rompió moldes e hizo cosas impensables para una mujer de su época. Precisamente el escritor ibicenco Vicente Valero ha sido una de las voces que han recuperado su historia y legado en sus investigaciones sobre los primeros viajeros extranjeros que llegaron a Ibiza. Por su parte, la doctora Sol Izquierdo de la Viña, también ha investigado a fondo su vida y obra y su contribución ha sido muy importante en la exposición berlinesa que ahora recuerda su historia.
Conocía la ideología de los causantes del golpe de estado y posteriormente dictadores. La conocía tanto, qué primero sé quitó del medio y posteriormente no regresó hasta pasadas varias décadas..