«Nos han tratado de mentirosos y nos han llamado locos. A la vista está que no era así, Somos muchas víctimas y el Defensor del Pueblo ha publicado un informe demoledor sobre abusos en la Iglesia, que recoge los casos de Ibiza y ahora incluso la Conferencia Episcopal admite que debe haber reparación e indemnizaciones, Lo que merecemos las víctimas de Ibiza es un reconocimiento público y un monumento. La realidad es que estamos estigmatizados y yo, personalmente, lo he pagado muy caro».
Con estas contundentes palabras se expresa Sergio Lleó, presunta víctima de abusos sexuales por parte del sacerdote Juan Manuel de Souza Iglesias en los años 90 en la iglesia del Rosario de Ibiza. Él fue el primero en destapar el caso y, gracias a ese empuje inicial y la investigación que abrió al respecto el Arzobispado de Valencia, han salido más tarde a la luz hasta otras siete personas afectadas y «no se puede descartar que haya más víctimas».
Lleó ha revivido muy intensamente su historia de abuso las últimas semanas en las que, por una parte, ha salido a la luz el informe sobre abusos sexuales dentro de la Iglesia que ha elaborado el Defensor del Pueblo (contando, entre otros, con su testimonio directo para lo que acudió a Madrid para ser entrevistado) y, por otra, la Conferencia episcopal se ha reunido para abordar este informe y para hablar de “reparación” de las víctimas.
Lleó ha recibido una carta del Defensor del Pueblo en agradecimiento por su testimonio y, mientras espera a saber de qué modo le va a reparar la iglesia, hace un balance agridulce del acompañamiento (o más bien la falta de él) que ha vivido desde que sacó a la luz su caso el 8 de marzo de 2021 en Noudiari.
Precisamente, lo poco que salva de un balance bastante negativo es la atención que ha recibido «por parte de los medios de comunicación locales, autonómicos, nacionales e internacionales» que han publicado tanto su caso como el de otras víctimas, contribuyendo así a esclarecer los hechos y a apartar a este sacerdote del ejercicio pastoral.
También se ha sentido arropado por las palabras del Papa Francisco sobre la pederastia y los abusos en el seno de la iglesia, por la reforma de las leyes vaticanas (reforma el Libro VI del Código de Derecho Canónico sobre las sanciones penales en la Iglesia católica que establece que los abusos a menores son delitos contra la dignidad de las personas, y suponen la expulsión del ejercicio pastoral, entre otros aspectos) y por el trato que recibió en su visita a la Santa Sede, por parte del personal de la Casa Pontificia y seguridad. En esa visita no pudo ser atendido pero ha recibido una carta que le invita a formular con antelación una petición para ser recibido. Es más, es consciente de que, si su caso salió a la luz y fue investigado por el Arzobispado de Valencia, fue porque la Santa Sede así lo ordenó al conocer sus denuncias en redes sociales.
Sobre los políticos se muestra dividido, ya que, por una parte, aplaude la llamada Ley Rhodes que derogó la prescripción de abusos a menores: “es algo que solicité públicamente, pero solicité que fuese aprobada por unanimidad, y VOX y PNV votaron en contra. Por este motivo mi nota a las Cortes Generales no es un diez». (La ley fue aprobada por PSOE, Unidas Podemos, PP, Ciudadanos, ERC y BNG, y con el voto en el voto en contra de Vox y del PNV y la abstención de PDeCAT y EH Bildu).
Tal vez las instituciones que más le han decepcionado han sido las autonómicas y locales, ya que el silencio ante la gravedad de los hechos denunciados ha sido total y absoluto, ya que no han ofrecido apoyo a las víctimas ni han hecho ninguna declaración de condena o de soporte a las presuntas víctimas de este sacerdote, que hay que recordar que abusó presuntamente de niños menores de edad (y de al menos un adulto) entre los años 90 del pasado siglo y al menos 2018 en Ibiza.
“Al Consell Insular y a los ayuntamientos insulares les doy una nota de 0, por ausentes totalmente en el tema y sin dar respuesta…”, lamenta Lleó que también siente descontento y vacío por cómo se ha visto tratado por el Obispado de Ibiza y la Conferencia Episcopal española. «El Obispado de Ibiza no me ha ayudado en nada, no me he sentido escuchado por ellos. El obispo no me ha atendido. No tengo nada que agradecerle», dice, con un poso de tristeza.
Lleó prefiere no entrar en detalles sobre su caso porque considera que son temas muy personales que solo debe hablar con personal sanitario pero sí admite a Noudiari que ha pagado «un alto precio por sacar a la luz su caso», que se siente revictimizado y que su salud mental se ha visto muy afectada por todo este caso, desde el momento de los abusos, cuando era solo un niño de 10 años, al momento de la denuncia pública, a la vez que ha tenido consecuencias en su rendimiento en sus estudios universitarios.