EFE / Redacción/ La economía balear ha crecido un 2,8% en el tercer trimestre del año, de julio a septiembre, frente al 3,9% del segundo trimestre, por lo que las islas siguen en fase de desaceleración económica, según el informe publicado hoy por la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB).
Por islas, Ibiza y Formentera ha sido la más dinámica, con crecimiento del 3%, seguida de Mallorca (2,7%) y Menorca (2,4%).
Según este informe, la economía de las islas ha dado por «cerrado el agujero» provocado por la pandemia de la Covid-19 y sitúa sus niveles de actividad próximo a los máximos históricos, ha destacado la presidenta de la patronal, Carmen Planas. De todos modos, el archipiélago sigue en una fase de desaceleración que se prolongará durante los próximos meses.
En el tercer trimestre, la economía balear ha continuado mostrando un mayor dinamismo respecto a su entorno fruto del mayor peso de los servicios vinculados al turismo y la hostelería, si bien la senda de crecimiento ha continuado deteriorándose tanto en el conjunto de la economía española como, especialmente, de la Unión Europea.
Así, tres de cada cuatro economías europeas han desacelerado la actividad de julio a septiembre, como Francia o Italia, y más de un tercio han crecido en negativo, caso de Irlanda, Suecia, Alemania o Países Bajos.
Crecimiento moderado en todos los sectores de actividad
Desde el punto de vista de la oferta, la economía balear ha moderado en el tercer trimestre su senda de crecimiento en todos los sectores de actividad. Así, el sector servicios se ha consolidado como el principal motor del crecimiento con un avance del 3,1% tras capitalizar un «verano récord» en el ámbito turístico.
Paralelamente, la industria se ha mantenido como la actividad más débil al rebajar su crecimiento hasta el 0,5%, afectada por el endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación y la moderación de la demanda, especialmente en su vertiente externa. Al mismo tiempo, la construcción ha evidenciado de forma más acusada la moderación de la actividad al recortar el crecimiento hasta el 1,2%.
El ritmo de creación de empleo se ha reducido también entre julio y septiembre (4,3%), aunque por encima del nivel nacional (2,9 %). De hecho, la mayor fortaleza del empleo ha llevado a las islas a cerrar el mes de julio con el mayor número de trabajadores en activo de toda su historia (632.152 trabajadores), un nuevo récord que, en perspectiva, supone 167.000 empleados más que hace 10 años atrás.
Todo ello ha rebajado la incidencia del desempleo hasta el 4,5% de la población activa, tasa que no solo rebaja la media española, sino que se sitúa como la más reducida de toda la serie histórica.
Desde la óptica de la demanda, durante el tercer trimestre el consumo privado se ha mantenido como la facción más dinámica de la demanda interna (2,2%) gracias al sólido desempeño de la actividad turística, en un contexto en que la capacidad de gasto familiar ha seguido baja por la presión de la inflación.
Al mismo tiempo, el continuo endurecimiento de las condiciones de acceso a la financiación y la persistente incertidumbre han continuado lastrando la demanda de inversión (1,3%).
Recta final del año
Una vez normalizados los niveles de actividad prepandemia y desvanecido el efecto base, Baleares afronta la recta final del año abriendo una nueva etapa en la que, necesariamente, deberá renovar los factores que hasta la fecha han impulsado el crecimiento regional para garantizar una senda más equilibrada y sostenible a corto y medio plazo.
Y es que, en un contexto global plagado de riesgos a la baja, dominado por la persistente inflación y el continuo encarecimiento del acceso a la financiación, todo apunta a que la economía balear seguirá desacelerándose durante los próximos trimestres, prevé la CAEB.