La consejera delegada de la hotelera Riu, Carmen Riu, hizo unas polémicas declaraciones durante el XII Foro Exceltur celebrado en Madrid el día anterior a la inauguración de la Feria Internacional Turística Fitur 2024. Afirmó que hay determinadas zonas donde la masificación supone un problema, aunque reducir el número de turistas tiene unas consecuencias. “Habría que exponer ante los ciudadanos muy bien lo que supondría económicamente que hubiera menos turistas”, dijo Riu.
Se trata de una reflexión muy acertada, pues cada actuación en una industria concreta, más aún si se trata del motor económico de Baleares, inevitablemente tiene consecuencias sobre el bienestar y sobre las perspectivas laborales y de negocio de mucha gente. Vamos, que el manido decrecimiento turístico por el que algunos abogan, de forma un tanto irresponsable y otro tanto demagógica, tendría efectos muy negativos en la economía de empresas y trabajadores, porque nada es inocuo excepto opinar, que eso lo sabemos hacer todos.
Doña Carmen Riu lanzó otra propuesta que ha levantado cierta polémica, un referéndum para que la ciudadanía opine sobre el modelo turístico español. En este caso podemos considerar que estamos ante una ocurrencia un tanto “hotelocéntrica” o “turistocéntrica”, si se quiere, porque habrá cosas mucho más importantes y trascendentes sobre las que preguntar a los ciudadanos a través de una consulta legal.
Reflexionando sobre la sugerencia de la señora Riu, me vino a la cabeza mi querida y respetada Fanny Tur Riera, quien siendo consellera de Cultura, Participación y Deportes del Govern, –de las mejores que ha tenido Baleares, si no la mejor, en mi opinión–, se las vio y se las deseó para que el Parlament aprobara en abril de 2019, poco antes de terminar la legislatura, una Ley de consultas populares y procesos participativos.
Los partidos de izquierdas (PSOE, Més per Mallorca, Més per Menorca y Podemos) que aprobaron aquella Ley, con la intención de profundizar en la democracia participativa, estuvieron gobernando en la siguiente legislatura (2019-2023), pese a lo cual no convocaron ninguna consulta, ni vinculante ni no vinculante. Mejor no preguntar, por si acaso. Urgía tener el mecanismo legal para consultar, pero una vez que se tiene, no se ha considerado conveniente consultar nada.
Eso también me recuerda la famosa consulta del Ajuntament d’Eivissa en 2017, bajo el mandato (es un decir) del alcalde Rafa Ruiz, para cambiar el nombre del paseo Vara de Rey y rebautizarlo como s’Alamera, que es lo que querían PSOE y Guanyem. Si no hubiesen consultado nada, dada la mayoría que ostentaban en el pleno, el emblemático paseo ahora no llevaría el nombre del general caído en combate en Santiago de Cuba en 1898.
O aquel caso vivido en Palma en 2015, cuando a la regidora de Podemos, Aurora Jhardi, se le ocurrió hacer una consulta para saber si los vecinos querían o no terrazas en el Paseo del Borne. Ella nunca las quiso, pero mira tú por dónde que los votantes dijeron que sí las querían.
Tras aquello, tanto a Rafa Ruiz como a Aurora Jhardi debieron de quitárseles las ganas de hacer más consultas a la ciudadanía. La democracia tiene esto, que la gente vota libremente lo que le parece oportuno y conveniente. E igual se ajusta a lo que quieren los gobernantes o, por el contrario, les enmiendan la plana. De modo que, ante la duda, abstención. Se terminaron las consultas y los referéndums. Ni que esto fuera Suiza, oiga.
Son muchos los que dicen que hay que consultar a la ciudadanía, por aquello de perfeccionar la democracia participativa y tal, pero a la hora de la verdad, nada de nada. Y quizás sea mejor así, no vaya a opinar la plebe que igual hay que cambiar el modelo turístico y cerrar algunos hoteles, y entonces, ¿qué hacemos, Carmen?
A más turistas dices tú que más dinero para la isla? Explica entonces cómo es que cada invierno hay más familias isleñas haciendo cola delante de la Cruz Roja. Más turistas significa más uso de agua dulce (que no tenemos ni para los residentes, y ante la sequía se está hablando de restricciones -a los turistas no creo- en primavera). Más turistas significa más personal que les atienda. O les vas a atender tú y los que piensan como tú, Joan Miquel? Vas a dar vivienda a todo ese personal extra que ha de venir de fuera de la isla para atender a todos esos turistas de más? Les vas a meter en tu casa? Más turistas significa más cruceros y por tanto más deterioro medioambiental. Los políticos se llenan la boca con manifiestos por el medio ambiente y luego entran en todas estas contradicciones: más cruceros, más aviones, más uso de agua potable o desalada (con cercanas restricciones a los residentes), menos calidad de vida para los que aquí vivimos…pero eso sí, més sous per ses seues butxaques!