El portavoz parlamentario de Izquierda Unida y secretario general del Partido Comunista de España, Enrique Santiago (España, 1964), ha viajado este domingo a Ibiza para participar en el homenaje al histórico político ibicenco Miquel Ramón, fallecido hace ahora tres años. En una entrevista concedida a NouDiari, Santiago ha hablado del papel de Esquerra Unida en Baleares durante los últimos años, del capitalismo, el comunismo y del grave problema de vivienda que existe en la isla y para el que pide un plan de choque, entre otros temas. En el ámbito internacional, ha destacado su papel como miembro del equipo jurídico de las FARC en las negociaciones de paz entre las FARC y el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos, iniciadas en 2012 y que culminaron en 2016 con la firma del Acuerdo de Paz.
¿Cómo se ve valora a nivel nacional el trabajo que hace Esquerra Unida en Baleares?
Baleares es un territorio con una idiosincrasia propia, con un componente nacional muy elevado, una identidad y cultura propia, y en este escenario, Esquerra Unida tiene que competir, además, con fuerzas nacionalistas, no solo con la socialdemocracia, como en el resto del estado. Y aun así siempre ha tenido su espacio. Creo que el partido hace un trabajo muy bueno en las islas, y a nivel nacional estamos muy contentos con ello. Pero sobre todo por las fases de convergencia en las que ha participado. Como secretario del Partido Comunista en España, he de decir que las políticas de alianza siempre han formado parte de las líneas estratégicas de la formación y creemos que los dirigentes de las organizaciones territoriales que son capaces de llegar a diferentes acuerdos en este sentido están haciendo un buen trabajo, porque tienen una perspectiva. Como el que hizo Miquel Ramón en la isla con Eivissa pel Canvi, por poner un ejemplo hoy que se le rinde homenaje. Siempre nos gustaría tener más presencia y más peso político, pero bueno… eso en todos los territorios.
Habla de la importancia de los pactos, de los acuerdos con otras formaciones, pero muchas veces estas alianzas acaban saltando por los aires, y no solo en Ibiza y en Baleares, sino en todo el país, algo que no le ocurre a la derecha.
Es la diferencia entre conservar el modelo existente y defender privilegios, que es lo que le ocurre a la derecha, y las opciones políticas que lo que pretenden es transformar la realidad. El problema de la izquierda es que hay muchas versiones y diferentes aspiraciones sobre los cambios que se deberían de abordar, y ahí es donde nos perdemos. Hay que aprender a separar lo fundamental de lo secundario. Yo lo he hecho, y es la clave para fraguar unidades estratégicas que perduren en el tiempo. La derecha es capaz de unirse más sólidamente porque tiene muy bien acotado lo que defiende, un modelo injusto e incompatible con la vida en el planeta, por la forma de consumir y de producir, incompatible por completo con el medioambiente, los ecosistemas y la supervivencia de las especies.
Pero todo apunta, sin embargo, a que se acabará antes el mundo que el capitalismo.
No, ni mucho menos. Los seres humanos tenemos una perspectiva muy egocéntrica de los cambios en el mundo, y todos aspiramos a que el sistema cambie durante nuestro corto periodo de vida biológico, pero vivimos en un marco mucho más extenso. Las primeras civilizaciones empezaron a organizarse en torno a la fuerza de trabajo del esclavismo y la ausencia absoluta de derechos para una inmensa masa de la población. Y hemos ido mejorando a través de revoluciones, de los esclavos frente al Imperio Romano, en la Edad Media, en Francia, las revoluciones socialistas, anti-imperialistas. Si pensamos que hay cosas que se van a arreglar o cambiar en un pequeño espacio de tiempo, eso solo va a producir frustraciones. Hay que ir ganando derechos poco a poco y mejorando la situación de los colectivos, aunque haya pequeños retrocesos. Confío en la humanidad.
Antes decíamos que los pactos dentro de la izquierda no siempre salen bien. Retomando el hilo, qué piensa del hecho de que Pablo Iglesias haya salido por completo de la vida política, o de que haya abierto un bar, como se ha comentado esta semana.
Lo del bar no deja de ser anecdótico. Como si monta una televisión, me parece muy bien [ríe]. Podemos tuvo la inteligencia política de captar un descontento, organizarse y quebrar las reglas del bipartidismo, que era un cáncer para la sociedad española porque impedía salir de las políticas que entonce se consideraban únicas: como el neoliberalismo, que tanto daño ha causado. Podemos tuvo ese acierto, pero también serios errores. Tiene dos récords históricos, el de crecimiento y el de descalabro. Las transformaciones sociales no descansan en liderazgos, sino en colectivos, y eso no se supo analizar desde dentro. Lo cierto es que Podemos respondió a una aspiración de la sociedad española, pero no ha podido seguir liderando los cambios debido a los errores de coordinación y la falta de un sustrato organizado.
Como presidente del Partido Comunista, cómo explicaría la falta de convicción que genera el comunismo.
Los partidos comunistas son partidos muy adelantados a su tiempo y que cuestionan el sistema en el que vivimos en un planeta en el que hay suficientes recursos naturales y conocimiento científico como para que todas las personas puedan vivir dignamente y de forma sostenible en el planeta. Eso hoy en día está claro que no es posible porque el sistema capitalista solamente piensa en incrementar sus beneficios y no en el interés colectivo. El comunismo es un sistema alternativo, pero es un error plantear que se pueda sustituir el uno por el otro de la noche a la mañana. Requiere una serie de cambios políticos y de conciencia e ir construyendo alternativas y estructuras sociales diferentes. No creo que los cambios propiciados por los partidos comunistas hayan sido un fracaso, ni mucho menos. Muchas veces cuando decimos que las fuerzas comunistas no son capaces de satisfacer las necesidades de los pueblos que viven con limitación de derechos, nos dejamos llevar mucho por la propaganda. Las revoluciones socialistas de principios del siglo XX acabaron con sistemas tardofeudales y es lo que garantizó el surgimiento de las sociedades del bienestar. En Europa, si no hubiera sido porque la Unión Soviética se consolidó y empezó a construir un sistema que aspiraba a ser comunista, el capitalismo no hubiera aceptado la constitución de estados del bienestar. El partido comunista Chino ha hecho algo que no es fácil de hacer: en 40 años ha sacado de la miseria a 700.000 millones de personas y a la vez ha dado un salto de desarrollo social, tecnológico, cultural, aeroespacial…
Pero estamos hablando de países asociados a una dictadura...
Cada país tiene que construir su propio modelo y es diferente. En España todo el mundo sabe que yendo a las urnas, el que tiene mayoría y conforma el gobierno no tiene el poder político, que lo tienen las grandes empresas, los grandes medios de comunicación, los aparatos del estado… Y esas cosas no se deciden en las urnas. Creo que no estamos en posición de dar lecciones de democracia a nadie. China no lo conozco tanto, pero he vivido y trabajado en Cuba y llama la atención cuando la gente dice que Cuba es una dictadura porque solo hay una opción política, pero se elige a los diputados, las leyes, la gente vota, se aprueban o se rechazan propuestas en referéndum, recientemente se han votado reformas de la constitución, los habitantes hablan mal o critican el gobierno cuando quieren… Una dictadura, en todo caso, muy particular. Se supone que el sistema supremo de la democracia es Estados Unidos, pero la gente no tiene vacaciones pagadas, permisos de maternidad, seguridad social pública, pensiones… Si eso es una democracia… No lo sé… Yo creo que no. Aconsejo que no demos tantas lecciones y dejemos que cada pueblo, en ejercicio de su soberanía, decida la forma de construir la democracia.
Es consciente de la dificultad de acceso a la vivienda que existe en Ibiza y en Baleares, entre otros territorios del país. ¿Qué cambios cree que deben promoverse para arreglar este problema?
Siempre hemos defendido una ley de control de los precios del alquiler sobre el mercado privado y un sistema impositivo que grave las viviendas que no salgan al mercado de alquiler, que hay muchísimas en nuestro país. Entendemos a los pequeños propietarios y no representan un problema, pero todo lo que sea convertir la utilización de la vivienda en un material especulativo que encarezca el precio, debe corregirse. Tiene que haber también un parque público de viviendas de alquiler. Y no solo incentivando la construcción, también accediendo a viviendas a las que no se les está dando uso. Lo que pasa en Ibiza no es normal, y es sorprendente que el Consell Insular no tome ninguna medida o no controle más el alquiler turístico. Se tienen que tomar medidas de choque desde ya mismo.