Los vecinos de la localidad granadina de Las Gabias no han tenido unos meses tranquilos. Lo supimos esta semana, cuando el jueves saltó la noticia de que un hombre de 66 años se había atrincherado con seis bombomas de butano y amenazaba con hacer volar el edificio que compartían. Era el último y triste espectáculo de José Antonio M. R., un hombre natural de Granada, que vivía solo, y que tenía amenazada a toda la comunidad desde el mes de septiembre. Las imágenes de un hombre mayor andando por el edificio con un cuchillo de gran tamaño se han vuelto virales estos días. Pero el historial de José Antonio no empezó en Las Gabias este año. Ni tampoco en Almuñecar, la localidad donde residía en 2012 hasta que decidió quemar su vivienda porque, según declaró, sentía mucho frío. La primera detención de José Antonio fue en Ibiza: un año antes, en 2011, este vecino de Granada fue detenido en la isla debido a un caso de «desórdenes públicos», según informaron ayer desde Antena 3. Al parecer, la Guardia Civil lo detuvo por portar un objeto peligroso por la calle.
Ahora, el caso de José Antonio ha puesto de actualidad la situación de muchas comunidades de vecinos, en los que la presencia de personas que muchas veces padecen problemas psiquiátricos complica hasta el extremo la convivencia. En la residencia de Las Gabias los vecinos habían presentado 40 denuncias contra este vecino por amenazas y agresiones. De hecho, el día en el que decidió amenazar con hacer estallar el edificio estaba esperando la visita de las fuerzas de seguridad para responder por estas múltiples denuncias.
Tal y como han expresado los vecinos, la situación de José Antonio se fue agravando a partir del mes de septiembre del año pasado, cuando empezó con las amenazas. También explicaba a través de sus redes sociales que trabajaba para varios gobiernos -se calificaba como embajador de Putin- y comentaba teorías conspirativas cada vez más rocambolescas. Sin embargo, como detallan en Antena 3, ha pasado doce años desde el último incidente de José Antonio con las fuerzas del orden, tras el incendio de su vivienda. Más de una década después, José Antonio volvió a dar muestras de lo que ya dejó patente en Ibiza en 2011, que probablemente su salud mental requiera de atención urgente.