Los esfuerzos de tanta y tanta gente para que el Club Náutico Ibiza gane el concurso para la ocupación temporal de las instalaciones que desde hace casi 100 años viene explotando en el puerto de Vila, son encomiables. Y, pese a eso, no ganará. Tantas alabanzas, tantos cumplidos, no servirán de nada.
A pesar de que sería mucho mejor para todos, incluido para el interés general portuario, que el CNI siga haciendo lo que hace, del mismo modo que hasta ahora, en lugar de dar entrada a una sociedad mercantil, que sin ningún género de dudas velará por su cuenta de resultados y por sacar el mayor rendimiento económico las dársenas portuarias que logre en concesión, sin importarle demasiado el deporte náutico, ni la náutica social, si no es para aumentar los beneficios que obtenga, el CNI no ganará.
Estamos ante el típico caso de destino fatal, porque saldrá adelante aquello que más perjudica y menos beneficia al conjunto de la sociedad ibicenca. Todos saben qué es lo más conveniente, todos lo defienden y lo apoyan, se aprueban resoluciones y mociones en las instituciones democráticas, se recogen firmas, se pronuncian discursos apologéticos, pero de nada sirven porque poderoso caballero es don dinero.
Ahí tenemos al senador pitiuso Juanjo Ferrer, preguntando con toda docilidad y sumisión al ministro de Transportes y Movilidad, Óscar Puente, máximo responsable político de Puertos del Estado, si el Gobierno está dispuesto a modificar la Ley de Puertos para proteger a los clubes náuticos y garantizar su continuidad, y ahí tenemos al mamporrero mayor de Pedro Sánchez, saliéndose por la tangente y evitando mojarse, como suele hacer cuando a él le da la gana, pero que eludió hacer en este preciso momento, donde la suerte parece estar echada para el CNI. Al referirse al “acervo comunitario” estaba oleando a la histórica entidad, a la que todo el mundo dice defender, pero nadie evita la extremaunción, pues se da por hecho que el concurso lo ganará Puertos y Litorales Sostenibles SL.
Incluso el presidente de la Autoridad Portuaria de Baleares, Javier Sanz, aseguró a finales de febrero en Ibiza que el CNI no desaparecerá aunque pierda el concurso. Y que esto lo diga quien presidió el Real Club Náutico de Palma desde 2011 a 2019 y quien en la actualidad preside la Federación Española de Vela desde marzo de 2021, entonces significa que no hay forma legal de que el CNI siga siendo el concesionario de las instalaciones del puerto de Vila.
Me dirán que la esperanza es lo último que se pierde y seguramente tengan razón. Esperemos entonces a la puntilla final, que no ha de tardar, porque no hay quien resista una agonía tan larga.
Joan Miquel Perpinyà