El Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) y la UIB lideran el proyecto de investigación europeo ‘Seaghosts’, para mejorar el estudio y la conservación del paíño, el ave marina más pequeña y esquiva del mundo, que ha obtenido financiación de la convocatoria europea BiodivMon.
El islote de s’Espartar, frente a la costa de Platges de Comte, en Ibiza es el paraíso de esta ave, ya que allí vive la colonia más grande del paíño o fumarell (Hydrobates pelagicus) de todo el Mediterráneo, con unas 200 parejas. Hay que subrayar que esta es un ave muy sensible a la depredación de gatos y ratas, de modo que las colonias de cría existentes se asientan en islotes o tramos de costa bastante inaccesibles y libres de la presencia de estos predadores. Como es el caso del islote ibicenco.
El principal objetivo del proyecto es comprender las amenazas que afectan a la conservación de los paíños y mejorar la protección de las poblaciones de estas aves en Europa, según explica Imedea.
«Los paíños son excelentes indicadores del estado de salud del ecosistema marino: pasan más del 90 % de su vida en el mar, viajan largas distancias, se alimentan principalmente de zooplancton, pueden llegar a vivir más de 30 años y son muy sensibles a las amenazas”, ha explicado Ana Sanz Aguilar, investigadora del Imedea (CSIC-UIB) que lidera el estudio de acciones de conservación en las colonias de cría como parte de este proyecto.
‘Seaghosts’ será uno de los seis proyectos financiados por instituciones estatales en el marco de esta convocatoria, con más de 2 millones de euros, para comprender en profundidad a los paíños, las aves marinas más diminutas del planeta.
Sanz explica que, hasta hace poco, no se sabía dónde se alimentaban o dónde pasaban el invierno y los estudios del Imedea en Benidorm y Baleares sobre esta cuestión han sido pioneros.
La investigadora destaca la importancia de contar con datos precisos sobre la distribución de especies, las amenazas que afrontan y cómo las acciones de manejo pueden mejorar su conservación. El proyecto mejorará el conocimiento sobre «la ecología espacial, ecología trófica, demografía y amenazas a las que se enfrentan las diferentes especies de paíños presentes en Europa, Hydrobatidae y Oceanitidae, con el fin de ayudar a mejorar su conservación».
La distribución desigual de la huella humana en los océanos y la falta de estudio de su impacto en el medio marino dificultan el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU por parte de la UE. Aunque hay una sensibilidad europea hacia la transición verde, la inversión en tecnologías bajas en carbono y energías renovables puede tener efectos negativos en los ecosistemas marinos, advierte el Imedea.
En Baleares y Benidorm, se han desarrollado medidas de conservación para las colonias de paíños, y los nuevos datos generados por este proyecto permitirán mejorar la comprensión de sus rutas migratorias y zonas de alimentación, identificando amenazas y áreas críticas que requieren protección adicional.
Esto incluye la identificación de puntos críticos no cubiertos por las Áreas Marinas Protegidas existentes, la edición de mapas de sensibilidad a impactos antropogénicos y la definición de ‘unidades de conservación’ más precisas, así como la mejora de las estrategias de conservación en las colonias de cría.
«El proyecto tiene como objetivo abordar las lagunas en el conocimiento sobre la biodiversidad marina mediante la combinación de datos de monitoreo disponibles —demográficos, morfológicos, genéticos y tróficos— con nuevos datos que se adquirirán durante el proyecto, complementando así el muestreo en toda Europa», detalla el investigador Raül Ramos, de la Universidad de Barcelona y coordinador de ‘Seaghost’.
Este conocimiento también contribuirá, «de manera más sólida y específica, a la definición de las diferentes Unidades de Conservación (CU) de los paíños», añade.
El proyecto utilizará dispositivos de geolocalización ultraminiaturizados, modelado de hábitats, análisis de isótopos estables, análisis de metabarcoding de ADN, análisis demográficos, morfometría geométrica y caracterización de microplásticos.
El proyecto durará 3 años e involucra a 16 socios de 10 países europeos (España, Dinamarca, Alemania, Portugal, Grecia, Noruega, Italia, Francia, Irlanda, Islandia), así como uno de Estados Unidos y Canadá.
EFE /Redacción
Como lo tengan que proteger los políticos.pobre paiño