Samaj Moreno / La lagartija, testigo silencioso del devenir histórico de Ibiza, ha presenciado el paso de innumerables culturas por la isla. Desde la llegada de los fenicios, seguida por los romanos, vándalos, bizantinos, y más tarde los musulmanes y cristianos. A lo largo de los siglos, la lagartija ha resistido, adaptándose al cambio y sobreviviendo a través de las distintas culturas que han dejado su huella en la isla. Sin embargo, en el siglo XXI, esta especie emblemática enfrenta un grave peligro de extinción.
Hoy hablamos con Antònia M. Cirer, catedrática en Ciencias Biológicas y doctora en Biología con su investigación sobre lagartijas en las Pitiusas que abarcó desde 1979 hasta 1987. Su enfoque se centró en la investigación de la bibliografía alemana de las décadas de 1920 y 1930. La Universidad de Barcelona publicó su tesis en formato de microfilm. Actualmente, está disponible en Internet y accesible para todos. Fue un trabajo extenso, con unas 500 páginas, principalmente dirigido a académicos y estudiosos interesados en el tema.
A través de su investigación, Antònia M. Cirer descubrió la diversidad única de lagartijas en los distintos islotes de Ibiza, cada uno albergando poblaciones únicas con características propias. Su trabajo contribuyó significativamente a documentar la lagartija Pitiusa (Podarcis pityusensis). Tras su jubilación en 2017, al regresar a Ibiza, se enfrentó a una realidad alarmante: la amenaza inminente que representaba la invasión de especies, especialmente las culebras de herradura, para la supervivencia de las lagartijas. Este desafío despertó en ella un sentido de responsabilidad y determinación para proteger a esta especie emblemática. Su dedicación refleja su compromiso inquebrantable con la protección del patrimonio natural de Ibiza y su determinación para garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.
¿Cómo describirías el proceso de investigación y los hallazgos relacionados con la diversidad genética de las poblaciones de lagartijas en las islas de Ibiza?
Analizábamos veinte variables diferentes de cada lagartija, desde las dimensiones de la cabeza hasta el color, considerando aspectos genéticos y de alimentación que influyen en su tonalidad. En los años 80, utilizábamos un potente ordenador en el centro de cálculo de la Universidad de Barcelona para aplicar técnicas estadísticas modernas, aunque el acceso era limitado y requería reservas de tiempo. Preparaba los datos, los introducía con ayuda y luego recibía los resultados y gráficos al día siguiente. A pesar de las limitaciones tecnológicas de la época, estas herramientas eran esenciales para mi investigación doctoral, que incluyó tanto análisis estadístico como estudios genéticos. En Montpellier, Francia, comparé las lagartijas de Ibiza entre sí y con las del continente, encontrando notables diferencias genéticas que revelaban la singularidad de las poblaciones ibicencas. Además, observé una gradación en las diferencias genéticas entre las distintas poblaciones de Ibiza, lo que sugiere cambios evolutivos sutiles y solapados a lo largo del archipiélago. Aunque no hubo descubrimientos revolucionarios, cada isla guardaba sus sorpresas, como las lagartijas negras de Ses Bledes, cuyo tono casi metálico era notable. Cuando las islas estaban unidas y el nivel del mar era más bajo, las lagartijas formaban una única población, compartiendo una base genética común. Sin embargo, con la elevación del nivel del mar, las islas se separaron, lo que provocó la fragmentación de la población. A pesar de esta separación geográfica, las lagartijas conservaban similitudes genéticas debido a su origen común cuando las islas estaban unidas. La lagartija de Es Vedrà al observarla más de cerca se percibe que es muy similar a la de Es Vedranell pero distinta a las de Ibiza. En realidad, no hay ninguna lagartija única, sino que existen pequeñas variaciones que, al combinarse, forman un mosaico o abanico de características. Este abanico presenta graduaciones, de modo que entre los extremos hay una gran diferencia, pero en los elementos intermedios no hay saltos bruscos.
¿Cuál es la situación actual de la población de lagartijas en la isla de Ibiza?
En la isla de Ibiza, la población masiva de lagartijas, compuesta por millones de individuos, se enfrentaba a una variedad de depredadores naturales, incluyendo aves como halcones, gaviotas y garzas. Sin embargo, Ibiza está llena de casas y presencia humana en todas partes, lo que no es tolerado por las rapaces. A pesar de ello, siempre que ha habido oportunidad para que rapaces de la península vinieran, lo han hecho. Durante la época del COVID, se observaron rapaces, ya que desde el Montgó, cualquier rapaz puede volar y no distingue entre Denia e Ibiza, ve lo mismo. Por lo tanto, si hubiera posibilidad, habría rapaces. El problema radica en que el ecosistema de Ibiza no las acoge de manera adecuada. La depredación desempeña un papel crucial en el juego evolutivo al impulsar la selección natural, eliminando a los individuos menos adaptados al entorno. Los depredadores, como aves y otros animales, ejercen presión selectiva negativa sobre aquellos que son más visibles o menos cautelosos en su comportamiento. Esta dinámica asegura que solo los individuos mejor adaptados sobrevivan y se reproduzcan, impulsando así el proceso evolutivo. Sin embargo, no todas las especies invasoras logran establecerse con éxito en un nuevo entorno. Cuando era pequeña, había un barco que venía del norte de África y se dirigía al sur de Francia, haciendo escala en Ibiza. Durante ese tiempo, era común ver camaleones en Ibiza, pero ahora no se ve ni uno solo. Parece ser que no pudieron sobrevivir debido a la falta de un ecosistema adecuado, ya sea por el clima, las condiciones de refugio u otras razones. A principios del siglo XXI, concretamente llegó la serpiente de herradura y otras serpientes. Aunque algunas especies, como la serpiente de herradura y la serpiente escalera, han logrado establecerse en Ibiza, otras no han encontrado las condiciones ecológicas adecuadas para prosperar.
¿Se dispone de información sobre cuándo y cómo llegaron las serpientes?
Las serpientes llegaron inicialmente a los viveros de Santa Eulària en 2010. Esta propagación ha sido como una ola que avanza implacablemente. Aún quedan rincones en áreas como Sant Josep o la bahía de Sant Antoni donde las serpientes no han llegado, pero se espera que lo hagan pronto, ya que la propagación sigue su curso como una ola que avanza sin detenerse. Al implementar un gran número de trampas en el este, hemos logrado capturar muchas serpientes, lo que ha resultado en una disminución de su densidad en el área. Esta disminución se refleja en la cantidad de serpientes atrapadas en las trampas en comparación con años anteriores.
¿Entonces, poner trampas es la estrategia propuesta para abordar la propagación de serpientes en Ibiza?
Dado que las serpientes carecen de depredadores naturales en la isla, es crucial que los humanos ejerzamos una presión depredadora equilibrada. Las trampas desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio poblacional. Estas trampas, fabricadas localmente por carpinteros, cuentan con compartimentos separados para las culebras y los ratones, evitando así que los ratones sean consumidos. Luego somos más de 500 voluntarios los que participamos en la conservación de lagartijas, liderada por el Institut d’Estudis Eivissencs. Las serpientes capturadas se sacrifican como parte de la estrategia de conservación. Aunque actualmente hay más de 3.000 trampas en la isla, se reconoce la necesidad de aumentar significativamente su número. Si logramos equilibrar la población mediante el uso de trampas y el Govern balear implementa un programa efectivo de erradicación, podríamos eventualmente controlar e incluso erradicar el problema por completo.
*Si deseas contribuir a la causa, puedes convertirte en voluntario a través del siguiente enlace o enviando un correo electrónico a la dirección proporcionada.
Y dingun político din dimitir
Cuando acabarán con las colonias felinas ?,que tambien son un grandioso peligro para las lagartijas, ¿ o no interesa?
Gatos ha habido siempre y nunca han supuesto una amenaza a las lagartijas. En cambio desde que aparecieron las serpientes se ha reducido la población de lagartijas. Se ve que les tiene odio a los gatos o tiene una colonia la lado de su casa… Qué cansino! Se repite cómo un loro. Los perros también persiguen a lagartijas, los matamos a todos?? Cansino.