El hogar, donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, puede ser un lugar donde los desencadenantes de alergias se esconden en cada esquina. Desde el polvo hasta los ácaros, pasando por el moho y los pelos de mascotas, nuestro entorno cotidiano puede desencadenar reacciones alérgicas molestas e incluso poner en riesgo nuestra salud.
Se estima que en España hay más de 9 millones de personas alérgicas. La incidencia, además, aumenta año tras año y, para 2050, se calcula que la mitad de la población tenga algún tipo de alergia. Este constante incremento es debido a varios factores, entre ellos las condiciones climáticas y la contaminación ambiental, hábitos nocivos como el tabaquismo y el sedentarismo y condiciones particulares como la predisposición genética, el sobrepeso o el hecho de no haber recibido lactancia materna.
Entre las alergias más prevalentes se encuentran la rinitis alérgica, causada principalmente por la sensibilidad al polen, el polvo y los ácaros; la alergia alimentaria, que puede manifestarse frente a una amplia variedad de alimentos; la dermatitis atópica, asociada frecuentemente con la sensibilidad a ciertos alérgenos ambientales y químicos, y la alergia al pelo de los animales, que pueden desencadenar reacciones respiratorias en muchas personas. Estas alergias pueden afectar significativamente la calidad de vida de quienes las padecen y requieren atención médica y cuidados específicos para su manejo.
La salud en casa
Tal y como señala la alergóloga de Grupo Policlínica Silvia Martínez, «existe una sólida evidencia científica de la estrecha relación que hay entre la ventilación del hogar y salud». La falta de ventilación adecuada conduce a la acumulación de contaminantes y alérgenos en el aire, lo que puede desencadenar problemas de salud como alergias, asma y otros trastornos respiratorios.
Asimismo, la temperatura, los materiales presentes, el control de la humedad y la eliminación de contaminantes específicos también serán aspectos relevantes para mantener un hogar saludable.
En este sentido, la especialista recomienda tener en cuenta las siguientes cinco medidas básicas para disfrutar de una casa segura.
En primer lugar, establecer un programa de mantenimiento regular para mantener la casa libre de alérgenos, como la limpieza periódica de conductos de aire, cambio de fitros de aire y control de la humedad. Asimismo, es necesario llevar a cabo una limpieza diaria de muebles con un paño húmedo, aspirar los suelos a menudo y cambiar la ropa de cama con frecuencia.
En segundo lugar, evitar la utilización de alfombras. Es preferible optar por suelos de madera, baldosas o laminados en lugar de alfombras, que tienden a acumular polvo y alérgenos.
En tercer lugar, controlar la humedad. El moho es un desencadenante común de alergias y puede prosperar en áreas húmedas. Es recomendable utilizar deshumidificadores en áreas propensas a la humedad, como baños y sótanos, y arreglar cualquier fuga de agua lo antes posible para prevenir el crecimiento de moho.
En cuarto lugar, instalar un filtro de aire de alta eficiencia. Un purificador con filtro HEPA puede ser una buena inversión para eliminar los alérgenos en el hogar, algo especialmente útil para personas con alergias severas.
En quinto lugar, ventilar adecuadamente y el tiempo suficiente. Entre 10 y 20 minutos es el tiempo recomendado para mantener la casa bien ventilada. Con buen tiempo, podemos incluso dejar las ventanas abiertas más tiempo. Un diseño de casa que garantice la buena circulación del aire y reduzca la humedad ayuda, en gran medida, a prevenir la proliferación de moho y ácaros.
«Es fundamental que los hogares comprendan la importancia de identificar y controlar estos alérgenos para mantener un ambiente más saludable y confortable para todos sus residentes. Con la primavera en pleno apogeo y el polen en aumento, es aún más necesario tomar medidas proactivas para reducir la exposición a los alérgenos en el hogar», señala Martínez.