@D.V./ El ibicenco-uruguayo Diego Picabea es carpintero pero también artista. No sólo porque la puertas o las mesas que realiza en su trabajo cotidiano no sean obras de arte, sino porque al margen de su labor alimenticia y que le sirve para sobrevivir en época de vacas flacas, Picabea también aplica sus inquietudes hacia otros campos como la pintura o la escultura. Influído tanto por el pop-art y el surrealismo, como por el arte africano y el conceptualismo intelectual de Duchamp, Picabea es un defensor de la libertad y la locura, y siempre que puede intenta aplicar estos preceptos en sus trabajos artísticos.
Picabea ha sido el ganador de la segundo edición de la Trobada d’Escultors con su pieza ‘Cronocolumna’, un bloque de madera dividido en tres partes -una mitad inferior hueca, con un alnohadillado hecho con clavos de hierro; una central maciza, penetrada por bloques de cemento; y una superior coronada por una especie de patas-garras- a medio camino de los juegos sobre el tiempo y el azar de Duchamp, y de la fuerza del arte africano. Picabea, orgulloso de haber nacido en Montevideo -hogar también de Lautréamont, Jules Lafague y Joaquín Torres-García-, y con sangre brasileña en sus venas -su segundo apellido es Oliveira- está encantado de haber echado raíces en este rincón del Mediterráneo. Tanto su ‘Cronocolumna’ como las otras doce obras que han nacido en la Trobada de Escultors se pueden visitar hasta el próximo día 3 de noviembre en el edificio del antiguo Ayuntamiento de Eivissa, en horario de 9 a 15 horas.
-¿En qué consiste esta ‘Cronocolumna’?
-Es un bloque de madera, parecido a los que se utilizaban en los postes de teléfono. Se trata de una madera impregnada de cromo -CSA le llaman- y que saqué de una obra. Lo que quería hacer con la madera fue surgiendo sobre la marcha. De hecho, hacía el final, decidí darle la vuelta a la pieza y dejarla así.
-Es decir, que en principio lo que ahora es la cabeza eran los pies.
-Sí. En la parte superior de la columna ha quedado algoparecido a una corona, pero en principio eso eran las patas. Yo queria que fueran más orgánicas, que se parecieran a las patas de unos insectos, pero decidí darle la vuelta y lo dejé así. Creo que si una pieza está equilibrada en un sentido, también lo debe estar en el otro. Creo firmemente en el papel del azar en el proceso artístico. Me gusta jugar con la sorpresa. Estás haciendo una cosa, le das la vuelta y lo que haces cambia. Es como si tu trabajo volviera a nacer. Me gusta.
-Es decir, que cuando tu estás trabajando en una obra, ni tú mismo sabes cómo acabará, ni hacia donde te lleva.
-Cuando empecé con esta columna tenía muy clara mi inspiración en el arte africano, quería construir una figura totémica, y también inserir materiales como el cemento o el hierro en la madera. Al margen de este punto de partida, el resto tiene menos cálculo. En el Arte nada es seguro. No me gusta tener un control absoluto sobre la pieza.
-¿Cómo ha sido la experiencia de la Trobada d’Escultors?
-Muy buena. Me gusta estar una semana trabajando intensamente con otros colegas, porque nos ha servido para comentar cosas de nuestros respetivos trabajos, darnos ideas… No había una idea de competición, sino de comunidad. Además, al trabajar de cara al público, ha sido genial hablar con los turistas y los curiosos. Muchos turistas alemanes me decían lo que les parecía mi trabajo y yo escuchaba sus sugerencias y las tenía en cuenta. Me encanta escuchar otras opiniones. Además, yo me tomo un par de cervezas y hablo cualquier idioma.
-¿Esperas que tenga continuidad esta iniciativa?
-Ojalá. Estos encuentros deberían ir más allá de lo accidental. Además, es interesante porque se ve el proceso creativo de cada artista. En mi caso, me ha encantado trabajar con mis propias manos y sacar esta pieza. He trabajado a mano, sin máquinas, y esto hoy en día es una rareza ya que la mayoría de escultores trabajan con radial o con sierras.
-¿Qué diferencia una obra de arte de una pieza de artesanía o de un objeto que sólo es bonito?
-El objeto artesanal o ‘bonito’ sólo es decorativo -¡que no es poco! está bien estar rodeado de cosas bonitas- pero el objeto artístico te tiene que traspasar, te debe golpear. Una obra de arte debe servirte para ver el mundo con ojos distintos, te debe provocar unas reacciones intensas.