Tengo duda de si las quejas de los ciudadanos a través de las redes sociales, los nuevos policías de balcón, se deben a que el encuentro lo organizó Loewe y ellos no estaban invitados, o si fue porque el sarao tuvo lugar en el parque natural de ses Salines. A decir verdad, por las imágenes y vídeos que los participantes han compartido en las redes sociales, uno no aprecia ningún acto que atente contra el ecosistema protegido, ni que ponga en peligro la diversidad de flora y fauna que allí se observa. Más bien parece una cena de las muchas que se hacen cada día en los numerosos establecimientos de restauración existentes en el parque. Porque una cosa es que sea un parque natural y otra cosa, que sea un desierto inhabitado, algo que ni es, ni ha sido nunca, ni puede ser.
Comparar la fiesta que ahora dice investigar el Govern, con el episodio de DJ Diplo en el mirador de es Vedrà es aberrante y malintencionado, porque nada tiene que ver. Si alguien ha cometido alguna infracción, que sea sancionado. Pero con las cosas que se ven en Ibiza, ponerse ahora espléndidos y meterlo todo en el mismo saco, pues como que no lo veo. Lo que sí se percibe a las claras es un afán de justiciero enmascarado que echa para atrás. Y de magnificar cada situación, exagerando hasta perder la compostura. Porque, por si no lo saben, la gente que vive dentro del parque natural de Ses Salines, como de cualquier otro de Baleares, come, bebe, cena, hace barbacoas, celebra su cumpleaños, pone música si le place, y no consta que eso haya causado ningún desastre ecológico.
No hace tantos años, quizás dos o tres, que los vertidos de aguas fecales en el parque natural ibicenco eran más que habituales y nada esporádicos o accidentales. Y lo mismo puede decirse de los vertidos de aguas residuales en las inmediaciones de la costa, provenientes del emisario submarino de la depuradora de Can Bossa. ¿Y pasó algo? No pasó nada, porque en Ibiza nunca suele pasar nada. Pero ahora nos escandaliza que una fiesta con 50 invitados, entre los cuales había actores y actrices célebres, como Úrsula Corbero, Chino Darín, Enzo Vogrincic, Manu Ríos, Aron Piper, Greta Fernández y Georgina Amorós, haya tenido lugar junto al mar, en terrenos de Salinera Española. Si alguien o incluso la Administración, vierte toneladas de excrementos mezcladas con aguas fétidas en el interior del parque natural, a nadie le molesta. Pero si se organiza un sarao con famosos al que no se ha sido invitado, entonces la plebe embrutecida exige que rueden cabezas. ¡Pues que rueden!
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Quizás yo sea algo idiota, quizás un anormal qué va contracorriente., pero sinceramente creo, que en este parque natural no deberían de existir ningún tipo de negocio. Solo el parque, su entorno, su belleza. Pero bueno son ilusiones y espejismo de un loco de Psiquiátrico.
Creo que dejar que se hagan negocios es una manera muy sencilla de que haya alguien que se preocupe de la belleza del lugar. Un ejemplo de lo que pasa cuando no hay ningún responsable de que el lugar esté bien mantenido:
http://www.noudiari.es/noticias-ibiza-formentera-sidebar/un-campo-de-heces-en-una-de-las-zonas-turisticas-mas-visitadas-de-ibiza/#comment-533387