@Noudiari/ El temido horario de invierno ya está aquí. A pesar de que el clima y los armarios todavía no han experimentado cambio alguno, los relojes sí deberán adaptarse al cambio de estación esta madrugada, cuando a las 3h haya que retrasarlos a las 2h.
Oficialmente, este domingo dispondrá de una hora más, una práctica que escuda en el ahorro energético al adaptar el horario al sol y poder aprovechar mejor las horas de luz que emite el astro, en cumplimiento de una directiva europea que regula el cambio horario. La costumbre de atrasar el reloj una hora en invierno y adelantarlo una hora en verano se generalizó en Europa a partir de 1974 tras la primera crisis del petróleo, en la que algunos países decidieron adelantar su horario para consumir menos electricidad en iluminación al poder aprovechar mejor la luz del sol.
Un ahorro energético del 5% en iluminación
Esta directiva, que se aplica con carácter indefinido, establece que el horario de verano comienza el último domingo de marzo y finaliza cuando comienza el horario de invierno o, lo que es lo mismo, el último domingo de octubre. La Comisión Europea es una firme defensora de este baile de horarios, por considerar que tiene efectos positivos en sectores como la seguridad vial, la salud, el turismo, el ocio, el transporte, las condiciones laborales y las comunicaciones.
En este sentido, el Instituto para la diversificación y Ahorro de la Energía estima que gracias a la variación horaria se ahorra un 5% del consumo eléctrico en iluminación, un porcentaje que se traduciría en 300 millones de euros (210 millones en la industria y 90 millones en los hogares españoles). Eso sí, ninguna de estas cifras se cumple si no se realiza un consumo energético responsable, es decir, se prescinde de la iluminación artificial si no es necesaria y se emplean tecnologías de ahorro energético.