Después de haber pasado los últimos 35 años de mi vida aquí en Ibiza, intentando mantener las playas, los caminos rurales y los espacios naturales limpios y libres de basura antiestética, he llegado a la conclusión de que realmente no estamos logrando avances sustanciales.
Por supuesto, ahora hay el doble de residentes en la isla y más del doble de visitantes que vienen cada año desde 1987, cuando vine a vivir aquí. Sin embargo, aunque los servicios de limpieza han mejorado mucho y se podría suponer que el nivel de conciencia también ha aumentado, no parece que estemos ganando la batalla contra el acto de arrojar basura o el vertido de materiales como aparatos de cocina viejos, vehículos y residuos de construcción en las zonas forestales.
También he notado que los grupos y asociaciones locales dedicadas a organizar eventos de limpieza de playas etc, se están cansando de limpiar constantemente las mismas playas y áreas naturales, perdiendo eventualmente el interés en tratar de mantener estos lugares libres de deshechos.
Debo decir que, en comparación con muchos otros lugares del mundo, Ibiza podría considerarse un lugar relativamente limpio para vivir, pero podríamos hacerlo mucho mejor si todos nos interesamos activamente en la situación y volviéramos mucho más eficientes a la hora de controlar la cantidad de residuos que llegan a nuestro entorno natural.
Hay muchas maneras de abordar este creciente problema, pero de alguna manera nos falta la capacidad de concentrar toda nuestra energía en un solo movimiento, lo que necesitaría un buen liderazgo y, por supuesto, algunos aportes económicos de diversas fuentes, para que dicha plataforma progrese en una manera más dinámica.
Personalmente, fundé originalmente la asociación local ‘Amigos de la Tierra’, con la idea de ‘liderar la carga’, allá por 1989 y he trabajado con muchas organizaciones diferentes desde aquellos primeros días, pero a pesar de los esfuerzos de muchos otros que desde entonces hemos adoptado iniciativas similares, como todas las organizaciones implicadas en la ‘Plataforma Plastic Free Ibiza’, todavía no estamos ni cerca de resolver el problema de fondo.
Uno de los mayores obstáculos que hay que superar al considerar la basura y la eliminación correcta de los artículos de “usar y tirar” es encontrar una manera de dejar de producirlos, pero parece que es ahí donde siempre no logramos avances significativos. (Como siempre digo, ‘¡nunca vaciarás la bañera hasta que cierres el grifo que la está llenando’!)
Además de amplios programas educativos diseñados para animar a la población a dejar de comprar artículos desechables y no reciclables, la otra opción es hacer que sea totalmente ilegal vender productos en envases desechables, muchos de los cuales no pueden reciclarse o su reciclaje es demasiado caro.
Hemos escuchado literalmente miles de conversaciones sobre la reintroducción de botellas, frascos y otros materiales de embalaje reutilizables, pero las palabras no parecen manifestar ningún tipo de solución aceptable y seguimos produciendo cada año más residuos plásticos.
Sólo un liderazgo político fuerte, así como políticas prácticas, nos ayudarán a cambiar el rumbo e insistir en que hagamos las cosas de una manera más respetuosa con el medio ambiente en el futuro. Entonces, ¿por qué nos lleva tanto tiempo hacer realidad estos cambios?
Y aquí volvemos al mismo viejo problema: ¡el dinero! Si cuesta más, nadie quiere hacerlo, por lo que tendremos que encontrar una manera de insistir, haciendo que quien contamine pague por cualquier incumplimiento de las regulaciones.
Por supuesto, esto implica persuadir a las autoridades locales para que se esfuercen mucho más en hacer cumplir las leyes que existen actualmente pero que no parecen ser tomadas en serio, ni por el público en general ni por los propietarios de empresas, que las ven más como obstáculos que como ventajas. Aquí debemos recordar que vivimos en una isla, donde la principal industria es el «turismo» y estoy seguro de que nuestros visitantes preferirán sentarse en una playa limpia o caminar por una calle limpia que por una sucia, obviamente una posible solución sería emplear a más personas, utilizando fondos de los impuestos municipales, así como del llamado «Ecotasa», para garantizar que nuestras playas y otras zonas naturales se mantengan en condiciones presentables durante todo el año.
También pueden instalar más señales a lo largo de los caminos rurales y en las playas, y avisar a la gente que en realidad es “ilegal” tirar basura y que cualquier falta de respeto a la ley generará fuertes multas. Sólo necesitamos pillar algunos culpables y hacer mucho ruido al respecto en la prensa local, entonces el público querrá pensarlo dos veces antes de tirar su lata de cerveza por la ventanilla del auto o tirar sus residuos detrás de un árbol en el bosque.
Sugiero que organicemos algún tipo de acto público, al que puedan asistir los distintos actores y que esté orquestado por las administraciones locales, las asociaciones de vecinos y todos los colectivos dedicados a ayudar a mantener limpia la isla.
Incluso podría ser una reunión en línea si fuese más conveniente, como lo hemos hecho en el pasado cuando reunimos a la población para discutir problemas y soluciones comunes.
Chris Dews,
Fundador y director de la Asociación ‘Ibiza Limpia’ (Casita Verde)
Mientras no cambiemos la forma de pensar y de actuar de nuestros empresarios la isla seguirá igual o peor,, os recuerdo de que el turismo de masas, de alcohol y de fiesta, lo único que crea es basura y riqueza a unos cuantos ilustres empresarios. Quizás deberíamos de empezar a poner la ECO TASA también a los empresarios.