La entidad ecologista Greenpeace ha advertido en su último informe que para finales de siglo, según el Centre Oceanogràfic de les Balears, de mantenerse la actual tendencia de calentamiento global, Baleares perderá 71 playas tras el retroceso en 20 metros del litoral balear.
En concreto, este fenómeno afectará de manera definitiva a 25 playas en Mallorca, 33 en Menorca, 7 en Ibiza y 6 en Formentera. Una gran parte de las restantes se verán reducidas a la mitad.
En el informe presentado este martes se explica que la subida del nivel del mar, según las previsiones de la NASA, ocasionará la pérdida de playas en la totalidad del litoral.
Según la regla de Bruun, de media se estima que por cada centímetro que suba el nivel del mar, la costa retrocederá un metro.
Para 2030 ya se esperan «impactos» en todas las islas. En concreto, en Formentera, en el Puerto de Formentera, platja de Ses Illetes, platja de Llevant y Cas Saliners; y en Ibiza, en Talamanca, Sant Francesc de s’Estany, puerto de Sant Antoni, Cala Gració, platja de Sa Galera y Cala Salada.
Por lo que se refiere a Mallorca, las consecuencias negativas se notarán en playa de Muro, Alcúdia, Reserva natural s’Albufereta, Sa Calobra, Es Malgrat, Paseo Marítimo de Palma y Salines des Trenc.
Finalmente, en Menorca las zonas afectadas serán Mahón, Cala Llonga, Sa Mesquida, Parque Natural de s’Albufera d’Es Grau, Fornells, Ciutadella, Cala Galdana y Biniancolla.
Greenpeace ha presentado este martes el informe ‘Crisis a Toda Costa 2024. Análisis de la situación del litoral ante los riesgos de la emergencia climática’, donde se realiza una radiografía del estado de los más de 8.000 kilómetros de costa española amenazadas.
A día de hoy, no hay región costera española, y las Islas Baleares «no son una excepción», que no esté expuesta a riesgos por exceso de urbanización e infraestructuras, contaminación, la presencia de barreras artificiales (como diques, espigones, paseos marítimos o puertos deportivos), el despilfarro de recursos naturales y el encauzamiento, soterramiento y desvíos de cauces fluviales.
Todas estas actuaciones han provocado desequilibrios que se traducen en el retroceso y la pérdida de las playas, y con ellas, su función de barrera protectora, lo que supone un riesgo para millones de personas residentes en el litoral.
La turistificación es otra «mala práctica que está acosando» a muchas ciudades españolas, especialmente del litoral, como Barcelona, Palma o Valencia, ha denunciado Greenpeace.
A estas malas prácticas hay que sumar las consecuencias específicas delcambio climático:la subida del nivel del mar, el aumento en frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos extremos (como olas de calor, sequía, lluvias torrenciales, temporales, huracanes, incendios e inundaciones), el incremento constante de la temperatura de mares y océanos y la pérdida de oxígeno disuelto en el agua, que dispara de forma exponencial los riesgos.
Los datos de la subida de la temperatura del mar muestran que las olas de calor marinas se suceden sin tregua desde 2022. Las aguas baleares junto con las del Golfo de Vizcaya son las más vulnerables a su creciente intensidad.
La responsable de Costas en Greenpeace España, María José Caballero, declara en este informe: “Durante décadas hemos deformado la costa a nuestro antojo, pero eso ya no funciona más. Ya no llegamos a anticiparnos al problema porque ya está aquí, pero las soluciones tienen que ponerse en marcha con urgencia; todo retraso resultará en mayores costes económicos y humanos».
EFE
Si lo dice el grínpis, amén.
Así será, sin discusión ni duda posible. Que lo dice el grínpis, oiga.
Escriu bé, cap de fava!
A santo de qué me insultas? no tienes ni sentido del humor ni educación. A pasturar!
Lo hacéis todo mal.
Haced caso a Greenpeace o ya veréis.
Llevan 53 años avisando de que el clima está cambiando.
Han anunciado más veces el fin del mundo que los testigos de Jehová.
Pero acertarán.
Algún día, acertarán.
Y entonces será demasiado tarde.