Desde Prou queremos denunciar públicamente lo que es una situación de incivismo generalizado que constantemente afecta al ámbito de desarrollo social, el cual se ve invadido por los excesos y sus efectos.
En las imágenes que queremos compartir, es muy significativo cómo se hace uso de un parque público por parte de lo que parecen ser visitantes posiblemente asiduos al ocio nocturno, durmiendo de cualquier manera frente a niños pequeños que están creciendo en Ibiza acostumbrándose a estas escenas. En Sant Antoni, por ejemplo, estas imágenes también se ven habitualmente durante todo el año, especialmente en verano.
Desde Prou venimos denunciando desde hace tiempo, y específicamente mencionamos como motivo de protesta en la concentración del pasado 24 de mayo, la pérdida de entornos amigables y una constante invasión de espacios donde los residentes se ven desplazados por el turismo masivo.
Los ibicencos no podemos tolerar más la inacción en este sentido y volvemos a exigir que se trabaje no solo para actuar contra los incívicos, que seguramente actúan así porque se sienten impunes, sino que se empiece a proteger nuestros entornos para poder volver a vivir como una sociedad con el derecho de desarrollarse socialmente en su territorio.
Prou!
Este año se vuelve a ver los clásicos turistas «baratos» de los años 90. Unos turistas borrachos, drogados, prácticamente desnudos por las calles y creando problemas en los locales y entre la población residente.
Algo no cuadra y algo no ha salido bien.
Es tremendo, las familias nos vemos desplazadas hasta tenernos que quedar en casaq!! Las playas llenas de hamacas, chiringuitos con el chumba chumba a tope, turistas bebiendo o con el gas de la risa. Ya no hay lugar para que los niños jueguen a la pelota o hacer un picnic en la playa en un lugar familiar y tranquilo. Ya el colmo los parques, se convierten también en espacios para borrachos, en el parque de la Paz ponen una hamaca en los árboles, duermen la mona en los bancos al lado del parque infantil, y a veces se pelean a navajazos. Las patrullas policiales brillan por su ausencia, ese policía de barrio ha desaparecido.
La falta de modales y el incivismo se tolera a diario, todo por la pasta o por la inacción política como siempre.