La australiana Rachel Gunn, más conocida en el mundo del breakdance como Raygun, se convirtió este verano en la estrella viral de los Juegos Olímpicos de París 2024 tras su participación en la prueba, que dejó con las bocas abiertas a medio planeta, y no para bien: su imitación de los movimientos de los canguros provocó una ola de risas e indignación que la acabaron por convertir en el «meme» del año. Tras mantener un perfil bajo mientras duraba el fenómeno viral en todo el planeta, Raygun ha vuelto a la escena pública y por la puerta alta: ella y su marido han sido los invitados especiales del magnate Richard Branson, fundador del imperio Virgin, en la escala en Ibiza que ha hecho su compañía de cruceros. «En lo que a mí respecta, ella fue valiente, audaz, con coraje y original. Mis respetos por ser tan osada y diferente», ha señalado Branson para referirse a la actuación de la australiana.
La actuación de Raygun en Paris atrajo las críticas no sólo sobre su actuación sino sobre la idoneidad de incluir el breakdance como disciplina olímpica. Fue tal la cantidad de odio que recibió la deportista que el Comité Olímpico de su país tuvo que intervenir para que cesarn las quejas. Sin embargo, el vídeo de la atleta bailando, agitándose por el suelo e intentando mantener el equilibrio, ha pasado por los móviles de millones y millones de personas. Por ello, el fundador de Virgin ha acudido al rescate de la australiana: «Las redes sociales pueden ser un lugar doloroso a veces, y obviamente hubo muchos memes sobre Raygun. Solo pensaba en lo doloroso que debió ser para ella y su encantador esposo. Así que los localizamos, llamé para ofrecer apoyo y los invité a unirse a nosotros en los viajes de celebración de Virgin Voyages», explica sir Richard Branson.
La presencia de Raygun en la escala en Ibiza del crucero de Virgin fue extraordinariamente recibida por el pasaje del barco, que se animaron a bailar con ella en una de las cubiertas de la nave. Incluso, Branson intentó imitar los movimientos de los canguros que popularizó Raygun en París, aunque el resultado ha quedado más bien como un intento del baile de «los pajaritos», según se puede ver en el vídeo. La australiana y el británico acabaron lanzándose al agua de la piscina juntos, mientras el resto del público los celebraba. El cantante Boy George era otra de las celebridades que viajaba y actuaba en esta escala del crucero en Ibiza.
Parece que la visita del multimillonario británico a las Pitiüses ha durado poco, puesto que Branson se encuentraba ayer ya en su isla privada, Necker, en el Caribe, donde ha oficiado la boda de Alan Bates, un trabajador de la oficina de Correos británica cuya lucha contra una injusta condena ha sido llevada este año a las pantallas de televisión en la serie Mr Bates vs The Post Office. La riqueza de Branson es de aproximadamente 2.400 millones de dólares, fruto de sus operaciones en sectores tan dispares como las telecomunicaciones, finanzas, medios de comunicación o los viajes al espacio, siempre bajo la marca Virgin.