La Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Canaria (ACBC), el Grupo Balear de Ornitología y Defensa de la Naturaleza (GOB) y la Sociedad de Historia Natural de Baleares (SHNB) han pedido que se tenga en cuenta la singularidad de los sistemas insulares en el diseño de la gestión de colonias felinas, para evitar impactos especialmente graves sobre las faunas isleñas.
Estas entidades se han referido a la directriz técnica de la Dirección General de Derechos de los Animales, de gestión de colonias felinas para orientar a los ayuntamientos en la implantación de lo que dispone la ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales.
Para estas organizaciones, en esta directriz abunda una visión parcial que da la espalda a la conservación de la biodiversidad, por ello han propuesto medidas como la prohibición de ubicar colonias felinas en el ámbito de los espacios naturales protegidos y los de la Red Natura 2000, y en un margen de seguridad de un kilómetro desde sus límites.
«Debería aplicarse esta prohibición en relación con las colonias de cría de aves marinas para evitar el impacto constatado de los gatos sobre especies de aves en peligro de extinción«, detalla una nota remitida por el Gob.
Por otra parte, las islas también tienen poblaciones de aves, reptiles y quirópteros que se encuentran en situación de amenaza y que a menudo ocupan territorios o lugares que carecen de protección especial, mientras que el resto de la fauna sufre de la depredación de una especie que se comporta como invasora, especialmente en el medio natural y agrario.
Por ello, las entidades conservacionistas piden también que las colonias felinas se localicen exclusivamente en los núcleos urbanos, y en su periferia hasta un máximo de 100 metros de distancia.
La directriz plantea que el programa de gestión de colonias felinas es el «conjunto de actuaciones destinadas a la gestión de las colonias felinas con el objetivo de reducir su censo hasta su desaparición».
Ante este enfoque, las organizaciones sugieren que se establezcan indicadores de gestión que permitan evaluar periódicamente si las colonias están cumpliendo su objetivo, que es reducir la población de gatos que han abandonado el ámbito doméstico, y si por tanto deben mantenerse operativas o si se muestran ineficaces deben ser desmanteladas.
«Es imprescindible establecer un período máximo de permanencia de una colonia, transcurrido el cual si no ha desaparecido se entenderá que no ha cumplido el objetivo», añaden las entidades.
Las tres asociaciones han solicitado al Ministerio de Derechos Sociales la modificación de la propuesta y su revisión, con el fin de incorporar la visión insular necesaria y reforzar las medidas que garanticen la no afección a la conservación de las especies silvestres.
«Consideramos altamente irresponsable que el bienestar de los animales domésticos se plantee a expensas de generar un impacto importante sobre las poblaciones de fauna silvestre que, sobre el papel, están protegidas tanto por la legislación estatal como europea, y tenemos la obligación de conservar», ha concluido el Gob.
EFE