@D.V./ La privatización del servicio de radioterapia en el nuevo Hospital de Can Misses no es fruto de las prisas, la improvisación o la falta de fondos, sino que obedece a un plan estratégico que desde el inicio de la legislatura se ha diseñado desde la Conselleria de Sanitat. Una política sanitaria que se explica en el ‘Plan IB-Salut 2020 Promoción de la Salud’ que se redactó durante el año 2011 y se finalizó en enero de 2012, y en el que se marca una hoja de ruta hacia donde se debería dirigir el modelo sanitario balear de cara al año 2020.
Así, en este informe se recomienda “externalizar áreas asistenciales” como la oncología radioterápica, los laboratorios y la radiología, con el objetivo de disponer de “nuevas formas de financiación y gestión” que se demarquen de las tradicionales.
La ‘externalización’ de la radioterapia
En el folio 70 del ‘Plan IB-Salut 2020 Promoción de la Salud’ -que consta de 78 folios en total- en el apartado ‘Valoración de nuevas fórmulas de financiación y gestión de infraestructuras sanitaria’, se constata que los “mecanismos tradicionales de financiación” de la sanidad pública “son insuficientes”, por lo que es necesario valorar nuevas opciones de gestión, especialmente en “oncología radioterápica, los laboratorios y la radiología”.
Estas nuevas ‘opciones de gestión’ son la “colaboración pública-privada”. Así, se considera que en la gestión de determinadas áreas que requieren un alto grado de equipamiento es “aconsejable” buscar un “socio tecnológico”. En este informe de la Conselleria de Sanitat también se recomienda establecer contratos con proveedores para que se encarguen del “mantenimiento y la actualización del equipamiento de su área tecnológica”.
Asimismo, se indica que es necesario valorar “la externalización de estas mismas áreas asistenciales a un tercero, de tal manera que se consiga reducir costes y mejorar la eficiencia”, es decir, privatizar la gestión de este servicio. No obstante, se indica también la necesidad de “asegurar la prestación del servicio con un nivel de calidad óptimo”.
Garantizar el servicio de salud en un contexto económico de crisis
El ‘Plan IB-Salut 2020 Promoción de la Salud’ fue un encargo del presidente del Govern Balear, José Ramón Bauzá, al entonces director del Ib-Salut, Juan José Bertard. El objetivo era diseñar un plan para “garantizar las prestaciones del Servicio de Salud” en un contexto de crisis económica, con el objetivo de reducir costes y optimizar servicios, pero “sin reducir las prestaciones asistenciales y garantizando la equidad y la calidad de los servicios sanitarios”.
Así, el plan preveía seis ejes de actuación y 47 líneas estratégicas para la contención del gasto público, y llegaba a la conclusión que el despilfarro sanitario obedecía a tres motivos distintos, cada uno de los cuales se cuantificaba también en el estudio. Se consideraba que el 42% del gasto sanitario que se podía ahorrar era generado por la conducta inadecuada de los usuarios, que generaba patologías como la obesidad, el tabaquismo, el alcoholismo, o que se traducía en un negligente seguimiento de los tratamientos indicados.
El 30% del sobregasto se estima que está motivado por el sobrecoste clínico provocado por una atención médica inapropiada, lo cual lleva a la “sobreutilización, a la utilización inadecuada o a la infrautilización de una intervención particular”. En este apartado también se mencionan a errores médicos que provocan “más costes y sobreactividad” y hace referencia a “las readmisiones hospitalarias evitables, la mala gestión de la diabetes, las visitas innecesarias a los servicios de urgencias, los errores médicos, los cambios en los tratamientos, las infecciones adquiridas en los hospitales y la sobreprescripción de antibióticos”.
Finalmente, el informe considera que el 28% del gasto médico innecesario se produce cuando los procesos administrativos o de otro tipo añaden coste y no aportan valor. Se refiere temas como el “uso inefectivo de las tecnologías de la información, a la rotación del personal y a la prescripción de recetas impresas”.