‘Un Mar de Posibilidades’ ha dado por terminada su vigesimoprimera edición con un balance más que positivo, según sus responsables.
Así, el programa lúdico-terapéutico y deportivo ha aprovechado un año más «la capacidad sanadora de la naturaleza y el deporte para ayudar a personas procedentes de colectivos en riesgo de exclusión social», destacan en un comunicado. Y todo a pesar de que el Club Náutico de Ibiza, uno de sus principales aliados y sede de múltiples actividades. ha perdido sus instalaciones en el puerto de Ibiza.
El mar como terapia sigue siendo el fundamento básico de la iniciativa, «consolidando la actividad de navegación solidaria en la embarcación Saga, una goleta de época que ha encantado a organizadores y personas usuarias», valoran.
Además han sumado a la asociación de Asperger, con la que se han puesto en marcha dinámicas de participación familiar.
En este mismo ámbito, el Ayuntamiento de Ibiza potenció con éxito la participación de personas cuidadoras y usuarias del Servicio de Ayuda a Domicilio.
Por otra parte, se ha recuperado la participación de los centros geriátricos, gestionados por la Fundación de Atención y Apoyo a la Dependencia, como son Can Blai y Sa Serra.
Este año, y gracias a la donación por parte de Mariano Ferrer, de Calzados Ferrer, de una embarcación de vela “Fortuna 9” – de nombre Sargantana – recuperan también los proyectos de “vela inclusiva de crucero”. «Esta clase se incorpora en colaboración con ADDIF a nivel de competición y se amplía a otros sectores, como el de salud mental, y como actividad de apoyo a otras asociaciones y centros que la soliciten», añaden.
Del resultado del conjunto de acciones de la edición de este año se dará buena cuenta en el acto oficial de cierre, previsto para mañana miércoles 6 de noviembre en el Auditorio de Cas Serres, donde se agradecerá el apoyo de los patrocinadores.