Los equipos de rescate, entre los que se encuentran miembros de Protección Civil de Sant Antoni, han hallado los cuerpos sin vida de Rubén e Izán, los dos niños que desaparecieron en Torrent (Valencia) arrastrados por la riada, según ha informado RTVE. Los menores, que se encontraban con su padre en el momento de la catástrofe, fueron encontrados en Catarroja.
La familia acudirá este miércoles a los juzgados a reconocer los cuerpos, según han señalado fuentes municipales a EFE. Numerosas personas, entre vecinos, miembros de equipos de rescate, sanitarios, buzos y voluntarios, llevaban días buscando a los pequeños que estaban desaparecidos desde hace quince días, cuando la fuerza del agua les arrastró. Su padre logró agarrarse a un árbol, donde permaneció cuatro horas.
Los voluntarios ibicencos de Protección Civil de Sant Antoni han participado, entre otros, en un dispositivo especial de búsqueda con perros, drones y efectivos de la Guardia Civil y Bomberos que han estado peinando la zona en la que podían encontrarse los dos hermanos, Rubén, de 3 años, e Izan, de 5, desaparecidos exactamente desde el pasado martes 29 de octubre, cuando la riada se llevó por delante parte de su casa y les arrastró.
Los menores se encontraban en su casa en Masía del Juez, en Torrent, cerca de un barranco, y la fuerza del agua derribó la parte de la casa en la que se encontraban los dos pequeños junto a su padre, que pudo sobrevivir agarrado a un árbol.
El Grupo Balear de Rescate y Ayuda Humanitaria junto a Protección Civil de Sant Antoni de Portmany (Ibiza) se unió al dispositivo de búsqueda de los menores con ayuda de perros especialistas y drones y durante todos estos días han estado inmersos en la búsqueda de los dos niños, cuyos cuerpos han sido finalmente encontrados lejos de donde se les vio por última vez.
Un trabajo, según explicó a EFE Domingo López, que encabezaba el grupo de Protección Civil de Sant Antoni, que ha sido «muy complicado», porque la zona «tenía muchísimo escombro, muebles y enseres de todo tipo», ya que la corriente se llevó varias casas enteras por delante.
Además, en la zona había una cantidad ingente de barro y sedimentos, por lo que la búsqueda ha sido una labor difícil, ya que los menores «podrían estar enterrados bajo dos metros de material», señalaba el ibicenco.