Mañana domingo, los visitantes del Museo del Traje de Madrid, dependiente del Ministerio de Cultura, tendrán la suerte de escuchar a Concha Herranz, conservadora y directora de las colecciones textiles del museo, relatar la singular historia de una de sus piezas más ‘raras’: una gonella negra ibicenca que se expuso en 1925, hace 100 años y que se recuperó casi por casualidad.
Se trata de una de las dos gonellas con la que cuenta el museo, pero esta en concreto tiene una historia si cabe más interesante que la otra pieza, ya que perteneció a Maria Dolores Regordosa i Jover, hija de un adinerado industrial catalán y esposa del conocido torero Ricardo Torres Reina, alias Bombita Chico y formaba, por tanto, parte de la conocida como Colección Regordosa, que fue una de las más importantes del país en cuanto a trajes regionales.
Hace exactamente 100 años, la pieza se pudo ver en la Exposición del Traje Regional, celebrada en 1925 en el Palacio de Bibliotecas y Museos de Madrid. Y aquella exposición no fue cualquier cosa sino que «supuso cuatro años de trabajo para sus organizadores y marcó un hito porque fue el germen del actual Museo del Traje», explica Concha Herranz en conversación con Noudiari.
El vestido de ‘gonella’ de 1870 de la Colección Regordosa. Foto: Antonio Prast, 1925. Museo del Traje, Madrid.
Trinidad von Scholzs Hermendorff, duquesa de Parcent, fue el alma del evento que, en la parte más técnica, llevó a término Luis de Hoyos Sanz, uno de los mayores expertos etnólogos de España.
Tras cuatro años de trabajos, la muestra se inauguró con la presencia de los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg. Fue el 18 de abril de 1925. Se habían reunido 348 trajes completos, 3.914 prendas y elementos textiles, 668 fotografías y 237 acuarelas y el éxito de público fue tal que tuvieron que reeditar la guía de visitas que se agotó enseguida.
La nota triste de la historia es que Maria Dolores Regordosa, la propietaria de la gonella ibicenca que se podía ver en la exposición, «falleció en el parto de su hijo en 1921, de modo que fue su viudo, El Bombita, quien se ocupó de la colección e incluso compró unos maniquíes en París sobre los que se mostró el traje ibicenco durante la exposición», relata Herranz sobre la investigación que han llevado a cabo de la pieza.
«La exposición resultó espectacular pero se clausuró y muchos de los propietarios se llevaron los trajes mientras que otros permanecieron en los fondos de patrimonio», relata Herranz. Con ese fondo, en el año 1934 y también a iniciativa de Luis de Hoyos Saiz se da forma al Museo del Pueblo español, en el que tanto hay tanto trajes como otros elementos de la etnografía española. Este, a su vez, fue el germen del Museo del Traje actual.
Pero volviendo a la gonella ibicenca, Herranz explica que fue uno de los trajes que regresó a la colección privada (recordemos, la Regordosa) tras el cierre de la exposición, de modo que su pista se borró en el tiempo tal y como suele suceder con colecciones particulares que pasan a manos de herederos a los que no les interesa demasiado el tema y acaban vendiéndola o mucho peor, descuidándola. Pero en este caso y por «casualidades del destino» tuvieron la gran suerte de localizarla en un lote de subastas de la casa Edmud Peel de 1991. Se adquirió el lote y, entre las piezas, apareció el traje de gonella de Ibiza expuesto en 1925. «Fue una alegría», reconoce Herranz.
De esta manera, Patrimonio Nacional rescató una colección de un gran valor que permite que hoy, 100 años después, se pueda ver este traje ibicenco en el Museo del Traje de Madrid, elegido como ‘modelo del mes’.
«Es una de las piezas más curiosas de la colección del Museo del Traje porque no es nada habitual encontrar un traje regional en nuestro país de silueta recta vertical, es decir, que no tiene la forma clásica de reloj de arena, que marca la cintura. Prácticamente solo encontramos un ejemplo similar en el valle de Ansó, en la zona de Huesca del Pirineo, donde tienen un traje de corte recto, pero que no tiene nada que ver con el ibicenco», explica al respecto Concha Herranz.
Concha Herranz relata a Noudiari que el Museo del Traje ha expuesto más piezas de Ibiza, incluida una emprendada, aunque les falta lo que para ella es un tema fundamental: un rosario de plata y coral que porta la gonella. «Si tuviésemos la oportunidad nos encantaría adquirir uno», subraya Herranz, que los cuatro domingos del mes de enero a las 12.30 horas explica a los visitantes todos los detalles de la gonella de Ibiza.
«El último domingo hubo muchísima gente y realmente disfrutaron muchísimo con este traje y con la historia de Ibiza. Los visitantes se quedan muy sorprendidos por la diferencia que hay entre el traje de Ibiza con los trajes del resto de España», añade.
La directora del museo aprovecha este encuentro con los visitantes del museo para recordar no sólo lo que es el traje tradicional de Ibiza, sino para dar otros apuntes interesantes sobre la isla como su declaración como Patrimonio de la Humanidad de 1999, las particularidades de la moda Adlib, la conquista de Jaume I en 1235 y otros detalles históricos que interesan mucho al público.
La otra gonella negra de Ibiza que tiene el Museo del traje era de la colección de Concepción Loring y Heredia, Marquesa de la Rambla, (la primera mujer que habló en el Palacio del Congreso de los Diputados en 1927). Esta pieza viajó a París en 2017 donde pudo verse en la casa-museo del escritor francés e hispanófilo Victor Hugo, ubicada en el barrio parisino de Le Marais, que acogió la exposición ‘Trajes españoles, entre sombra y luz‘, que incluía 34 indumentarias tradicionales de todo el país, entre ellas la gonella negra de Ibiza.
El conjunto de las joyas que forman la emprendada que lucía esta pieza entraron en el museo en 1968 por parte de Patrimonio del Estado. Herranz subraya el gran interés que suscita la emprendada entre los visitantes: «Como sabemos, es el único conjunto de joyería que es un pectoral. A excepción de la cruz central, sa creu, que se suspende del cuello, el resto, las cadenas, cuelgan desde los hombros de dos grandes alfileres que disponen de filas de anillas para la suspensión», relata la experta. «Además, los collares de cuentas bicónicas se sujetan a cintas de seda sobre el pañuelo de hombros», añade Herranz, que recuerda que este traje se expuso también en 1991 en la muestra temporal ‘Moda en Sombras’.
Concha Herranz, una auténtica experta y apasionada de los trajes regionales y de la moda española, y que pronto se jubilará de su cargo que tanto ha disfrutado, subraya que «la indumentaria tradicional española es un tesoro en el que se han inspirado los más destacados modistos y diseñadores, tales como Yves Saint Laurent, Christian Lacroix, Cristóbal Balenciaga, Givenchy, Karl Lagerfeld o Sybilla».