¿No te agobias de vivir en una isla? Esta es una pregunta recurrente cuando piso la península. Explico (que no respondo) que, después de 24 años, parecen un instante, ya que Ibiza aún me sorprende con lugares nuevos o acontecimientos significativos. Verbigracia, hace unos días me enteré de un evento de 1971 del que nunca había oído hablar: Instant City, o el Woodstock español. Me llamó la atención y me puse a hacer pesquisas.
Resulta que Herbert Marcuse, con sus ideas sobre la represión y la liberación social en El hombre unidimensional, inspiró a muchos jóvenes con sus críticas al capitalismo y la sociedad de consumo, lo que desembocó en las revueltas de Mayo del 68. Mientras tanto, en plena dictadura, España hervía con la inquietud por lo que se cocinaba al norte de los Pirineos. En ese contexto, el diseñador barcelonés André Ricard, sintonizando con estas ideas y como miembro de la Agrupació del Disseny Industrial del Foment de les Arts Decoratives (ADI/FAD), propuso trasladar ese espíritu de conciencia asamblearia del 68 parisino al próximo congreso de diseño. Ricard habló con Daniel Giralt-Miracle, uno de los responsables de la ADI/FAD, y juntos propusieron al International Council of Societies of Industrial Design (ICSID) que la sede del siguiente congreso bianual fuera la isla de Ibiza. Eligieron Ibiza porque, como afirma Albert Camus, el clima es mucho más que una temperatura: es también una cultura. Además, la Pitiusa permanecía al margen de la represión del tardofranquismo y amasaba una tradición intelectual y artística que le confería un aura especial. Pues desde la década de los 30, pintores y pensadores como Raoul Hausmann, Walter Benjamin, el famoso falsificador de Modigliani, Elmyr de Hory, y por supuesto los hippies que llegaban a la “isla prometida”, habían contribuido a su singularidad.
Para el congreso, escogieron la cala de Sant Miquel, lejos de las urbes.
Un estudiante de arquitectura de Barcelona, Carlos Ferrater, pidió participar en la organización, ya que acababa de fundar el Grupo Abierto de Diseño Urquinaona. Se ofreció para ocuparse del alojamiento de los 20.000 estudiantes que asistirían al congreso.
Lo que Ferrater ignoró era que su diseño no solo se convertiría en un emblema del diseño catalán, sino también en una metáfora de la posmodernidad.
Ferrater contó con la ayuda del experimentado José Miguel de Prada Poole, profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. A Prada Poole, que llevaba tiempo inmerso entre el Budismo y la Bauhaus, se le ocurrió una ciudad que pudiera desaparecer sin dejar apego. Así nació Instant City.
La ciudad se construyó en dos semanas con módulos inflables de PVC de colores. Se propuso a los estudiantes diseñar y construir sus propios espacios habitables y áreas comunes. Se emplearon 15.000 m² de PVC y un millón de grapas para construir la primera ciudad neumática del mundo.
Los módulos estaban interconectados mediante un sistema de ventilación, lo que permitía diversas configuraciones geométricas según las necesidades de los ocupantes.
Con este experimento, al igual que Úrsula y José Arcadio Buendía en Macondo, trataron de explorar nuevas formas de vida comunitaria y sostenibilidad. Duraron solo dos semanas, pero se organizaron asambleas y hasta conciertos improvisados.
Instant City desarrolló un sistema organizativo adaptable a las necesidades de sus habitantes, jugando con una serie de normas de convivencia.
Sin embargo, estas normas fueron tan efímeras como la ciudad de PVC grapada y pronto comenzaron a considerarse demasiado contrarias al espíritu de libertad y contracultura que inspiró su creación. Así que varios estudiantes, entre ellos el propio Ferrater, decidieron abandonar Instant City. Con restos de plástico, cuerdas y palos, construyeron una Contra-Instant City en la montaña.
No necesitaron los cien años de García Márquez, en solo un mes de 1971, Ibiza fue testigo de una experiencia única y efímera: se levantó y destruyó una ciudad que apenas alcanzó a existir. De algún modo es reflejo de la existencia contemporánea, donde todo es transitorio y se disuelve constantemente en un instante sin dejar apenas rastro, o como dijo aquel; memoria.