@V. R. / La agrupación vecinal de Sant Jordi ha repartido esta mañana 1.450 litros de agua potable embotellada en garrafas de cinco litros (290 en total) entre los vecinos del pueblo como señal de protesta por la «pésima» calidad del líquido que sale de los grifos de sus casas, «que no es exactamente H20» -la fórmula química del agua-, advierte Xicu Ribas, miembro de la asociación.
Su presidente, Pedro García, ha explicado que el lunes de la semana que viene se recogerán muestras ante notario en un restaurante del pueblo (Rascalobos) y la casa de una particular, concretamente la de la primera persona que denunció la baja calidad del suministro procedente de la red pública. Las pruebas se someterán a un análisis microbiológico en el laboratorio de la empresa Biofarma. Después, «y en función de los resultados que arroje el examen», se tomarán «las medidas que se crean oportunas» con el fin de depurar responsabilidades si las hubiera, apunta García.
La agrupación de vecinos de Sant Jordi se siente «ignorada» por el Ayutamiento de Sant Josep, señala su presidente, y por este motivo, asegura, se han visto obligados a llevar a cabo este tipo de acciones. Los residentes en la zona lamentan que la mala calidad del agua que pagan como potable «cuando no lo es» esté afectando a su vida cotidiana. Se quejan de que los termos y otros electrodomésticos como lavadoras o lavavajillas tienen un vida mucho más limitada de lo habitual por el efecto del agua y que los grifos de sus domicilios se deterioran por culpa del fluido que sale de las tuberías.
Además, hay vecinos que aseguran que el contacto de su piel con el agua les ha provocado sarpullidos en el cuerpo, algo que «no se puede permitir», aseveran. Dicen que no piden «nada del otro mundo», solo agua potable en sus casas: «Un derecho por el que estamos pagando y que no recibimos», continúan. Esta mañana, todos los vecinos que pasaban por la plaza del pueblo se llevaban consigo una o varias garrafas y eran informados de todas las medidas que está tomando la asociación para defender sus intereses.
«No queremos una solución transitoria, ni que cada vez que haya que limpiar los depósitos de los pozos que suministran a Sant Jordi salga agua de muy mala calidad de los grifos, con la que ni siquiera se puede regar las plantas, porque se mueren», indica Xicu Ribas, que asegura que debe ser «el ayuntamiento el que nos saque las castañas del fuego y quien ponga todas las cartas sobre la mesa. Deben tenernos informados de todas las peculiaridades del servicio porque estamos cansados de que sin aviso, o a través de pequeños anuncios en la prensa, la calidad del servicio decaiga de repente sin que sepamos a lo que nos enfrentamospor espacio de tres o cuatro días «, afirma.
Por su parte, Isabel Sepúlveda, vocal de la AAVV Sant Jordi, remarca el hecho de que Ibiza es una isla de contrastes. «Por una parte se vende lujo y glamour y por otro no tenemos desde nuestras casas acceso a un elemento básico como es el agua potable, que además la pagamos dos veces, en la factura y en el supermercado», relata. Pedro García lamenta que una acción «tan simple» como la de repartir agua entre los vecinos tenga que salir de la asociación «y no haya sido el ayuntamiento el que haya puesto uno o varios camiones cuba en el pueblo para que podamos recoger agua potable para nuestro día a día», ha manifestado.
Desde el Ayuntamiento de Sant Josep se ha informado a los vecinos de que las irregularidades del servicio quedarán subsanadas a finales del mes de diciembre, cuando finalicen las obras de mejora que se están desarrollando en los depósitos de agua de ses Eres, de los que se abastece a Sant Jordi, un periodo de tiempo que los vecinos creen «excesivo» y ante el que no parecen dispuestos a estar callados.