«Escuché llorar y pensé que era un gato dentro del contenedor, pero miré dentro y no había nada. Ya me iba cuando volví a escuchar el llanto y me dio por mirar una bolsa que había detrás de las basuras… y ahí estaba». Un chico encontró ayer, sobre las 18.30 horas de la tarde, a un corderito lechal (cría de oveja), tirado en la basura en una zona de Santa Gertrudis. Estaba metido en una de esas bolsas verdes de supermercado recias (las reutilizables). Recién nacido, el animal parece aquejado de alguna enfermedad genética que le provoca malformaciones. Fue rescatado y llevado a un domicilio privado donde, inmediatamente, buscaron ayuda echando mano de las redes sociales para ello.
Al ver las imágenes se generó una oleada de solidaridad y de rechazo y crítica hacia la persona que ha sido capaz de dejar a un animal indefenso, y especialmente vulnerable por su condición, tirado en la basura, condenándolo a morir de frío, inanición, atacado por un perro o por cualquier causa todavía peor.
La solidaridad ha tenido sus frutos y el corderito está ahora con Vera, una voluntaria vinculada a Can Hog, el refugio de animales, conocido por trabajar especialmente en el rescate de erizos heridos o enfermos. En su casa le han proporcionado alimento con un biberón y calor con un radiador y mantas. Además de mucho cariño.
El animal (en el vídeo sobre estas líneas recién rescatado) presenta serias malformaciones en el cráneo, hocico y patas y su supervivencia no está garantizada pero, al menos y hasta tener un final digno, tendrá los cuidados y el amor que merece todo ser vivo y no la muerte angustiosa en la basura que le esperaba de no haber sido rescatado.
Los rescatadores están muy agradecidos con Can Hog y con el trabajo de Adila Hiam, responsable del refugio, y de los voluntarios que han ayudado.
Adila Ham explica a Noudiari la última hora sobre el animal: «El cordero está ahora mismo con Vera (voluntaria). Ella vino a verme para que le dieran el calostro y después se ha estado ocupando de él. Esta mañana lo ha visto Fernando, el veterinario de San Jordi. Tiene muchas deformaciones, incluidas las patas, así que le están dando tres días para ver cómo evoluciona. Estoy intentando conseguir donaciones en Can Hog para conseguir leche y pagar las facturas del veterinario. Vera se va de la isla en dos días, así que el bebé vendrá a Can Hog o lo cuidará otra pareja voluntaria», explica Adila que está actualmente bastante desbordada, al cuidado de muchos erizos del refugio.
En este enlace se puede apoyar a Can Hog con donaciones: https://canhogibiza.org/es/#support
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