El buen tiempo y las vacaciones escolares han contribuido a que la jornada de Sant Jordi de este año haya lucido más festiva, si cabe, que en ocasiones anteriores.
Mientras montaban sus puestos, algunos de los libreros se preguntaban si el hecho de coincidir con el parón de los estudiantes por Semana Santa habría llevado a muchas familias a salir de la isla e iba a bajar la afluencia de personas a la feria del libro de Ibiza. Sin embargo, esta duda se ha disipado bien pronto.
Ya desde primera hora de la mañana, familias con pequeños acudían para conseguir un buen sitio donde disfrutar en primera fila de las actuaciones infantiles organizadas por el consistorio.
Ocupados en talleres, cuentacuentos y la ‘biblioteca al carrer’, los más pequeños han inundado la plaza con un bullicio que ha servido de despertador para que autores, libreros y transeúntes comenzaran un Día del Libro más madrugador que otros años.
Numerosos stands han albergado a autores locales dispuestos a dar a conocer sus novedades editoriales. Joaquim Seguí, Pere Prieto, Joan A. Torres, Marià Torres, Toni Monserrat o Iolanda Bonet, entre otros, han atendido gustosos a los lectores que solicitaban su firma o simplemente querían conocer algunas curiosidades de sus obras.
Autores, editores y libreros no han ocultado en ningún momento la alegría que provoca el hecho de que los libros en papel sigan moviendo masas en plena época digital. En este sentido, Sandra Muñiz, de Barco de Papel, destaca la importancia de que los padres lean con sus hijos. “Los niños deben ver que se lee en casa. No se puede fomentar el hábito de la lectura en los niños si los adultos solo usamos el móvil”.
Pedro González, de Sa Cultural, detalla cómo los acontecimientos recientes han dado un protagonismo especial a Javier Cercas, muy buscado este año por su libro del papa Francisco, y a Vargas Llosa, que ha sido especialmente reclamados. Reconoce que, lejos de molestarle, disfruta viendo cómo la gente rebusca entre los montones buscando algo especial.
Javier Serapio, autor de ‘Llagas de Sal’ y Hechizos de mar, se enorgullece de ver cómo cada año sube la producción de obras relacionadas con temas locales y el interés de los lectores hacia este tipo de novelas. “Esto es una señal de que nos gusta conocer nuestras raíces y eso demuestra que el pueblo ibicenco empieza a gozar de una buena autoestima”.
Junto a la oferta escrita, numerosa asociaciones han aprovechado también la diada de Sant Jordi para hacerse más visibles; APAAC (Asociación Pitiusa Ayuda a Afectados de Cáncer), la Asociación Elena Torres o Som Energia, que, entre otras, han ofrecido información a los interesados.









