R. Beltrán/ Dicen que el día del sorteo del Gordo de la Lotería de Navidad es el día de la salud, porque en ella reside el único consuelo para todos aquellos que tendrán que seguir poniendo el despertador el día siguiente. Sin embargo, quien no tendrá que invocar su lozanía el día del sorteo del Gordo, además del suertudo de Fabra, es Hacienda, ya que desde el 1 de enero de 2013 los premios que salen del bombo están sujetos a impuestos y sólo se salvan de tributar los primeros 2.500 euros que recibe el ganador.
Así, a quien le toque este año el premio máximo, en lugar de 400.000 euros por décimo ganarán 320.500 euros, ya que 79.500 euros se quedan en las arcas públicas. El segundo premio también padece un gran mordisco fiscal, ya que se reduce de 125.000 euros al décimo a 100.500 euros. Y los agraciados con el tercer premio ingresarán 40.500 euros al décimo en lugar de los 50.000 euros que hubieran recibido si esta medida tributaria no se hubiera puesto en vigor. Por último, quienes tengan en su poder un décimo con la combinación de números ganadora del cuarto premio se llevarán, en lugar de los 20.000 euros habituales, 16.500 euros.
Hacienda, seamos todos o no, se llevará el 20% de los premios que la Lotería Nacional reparta a las puertas de la Navidad, excepto de esos primeros 2.500 euros que caen intactos en los bolsillos de los ganadores, una medida recaudatoria más de las que ha puesto en marcha este Gobierno. Sin embargo, hasta octubre tan sólo habían ingresado por esta vía 207 millones de euros, una cifra muy por debajo de los 824 millones que pensaba ingresar la Administración a costa de la suerte de los demás. ¿Ganará Hacienda los 617 millones de euros que faltan para llegar a esa cifra con el sorteo del Gordo? De eso nos enteraremos más adelante. Lo que es seguro es que los tocados con la varita de la suerte brindarán con el mejor champagne, porque la alegría no tributa… Por el momento.
A Jonas se l tragó una ballena, pero para comer comer Hacienda, cada vez traga más y está más flaca P.B.B.
A Jonas se l tragó una ballena, pero para comer comer Hacienda, cada vez traga más y está más flaca P.B.B.