Un hombre no muere cuando lo entierran, sino cuando lo olvidan. Bartolo Planells continúa vivo. En la memoria y en el corazón. Y así seguirá para siempre. Sobre todo en la tierra en la que puso todo su empeño e ilusión para dinamizar de forma desinteresada actividades deportivas de todo tipo y del mundillo del ciclismo en particular. Se ha ido, injustamente pronto, a los 41 años, un hombre bueno, un amigo, una persona de esas que extrañamente siempre están dispuestas a echar un cable ahí donde haga falta.
Así era Bartolo, querido y respetado en los círculos deportivos de la isla por todo aquello que sembró y perdura y por su carácter cordial, su derroche de simpatía y una fuerza moral capaz de levantar el ánimo al más decaído. El vacío que deja es proporcional a lo que queda. Su sencillez, lealtad, responsabilidad y alto espíritu social son una guía a la que recurrir antes de mirarse al espejo.
Recuerdo como si fuera hoy una cena con diferentes estamentos deportivos de la isla en la que coincidimos hace ahora doce años. Bartolo ejerció, de forma innata, de nexo de unión entre los representantes de las distintas delegaciones deportivas reunidos en torno al mantel. De ese encuentro informal salió con varios compromisos de colaboración debajo del brazo para intercambiar conocimientos y aunar esfuerzos en la organización de futuras pruebas deportivas, entre otras cosas. Hizo, además, que la velada fuera de lo más divertida y amena y quedara grabada para siempre en el recuerdo.
Los que le han conocido saben que se va una persona irremplazable, pero, también, que no lo hace sin más. Ha dejado mucho de lo que aprender y de lo que tomar nota y eso es lo que al final vale la pena de la vida. Cuando ninguna palabra es suficiente, como ahora, estoy seguro de que Bartolo hallaría la manera de darnos consuelo. Hasta siempre, amigo.
Mi más sincero pésame a su familia y amigos, siempre te recordaremos agradecidos por todo lo que hiciste por el deporte y el turismo en Ibiza
Grandes palabras sobre un gran hombre, creo te has acertado con tus letras ¨Ha dejado mucho de lo que aprender y de lo que tomar nota y eso es lo que al final vale la pena de la vida.¨ He aprendido mucho del Barto, su forma de ver las cosas y su tremenda capacidad de trabajar.
…yo tuve el gran placer de ir con él a una carrera cicloturista en Mallorca con un grupo de ciclistas ibicencos, y lo unico que puedo decir de Bartolo es que era una persona ejemplar, amigo de todos y excelente compañero para tenerlo al lado. Espero que en el dia de mañana podamos ir todos con él a cualquier carrera cicloturista que organize en el cielo. Un gran abrazo Bartolo a ti y a toda la familia, que seguro que en poco tiempo nos volveremos a ver.
Algo se muere en el alma cuando un amigo se va, canta Alberto Cortez. Por lo que he leído en esta despedida a Bartolo, tan sentimental, está escrita con el alma y el músculo donde va a parar la aorta. Hasta siempre, Bartolo.